La violencia empieza a desbordar a nuestro país, y una prueba de ello fue lo ocurrido en Querétaro donde los integrantes de la porra de equipo Gallos Blancos iniciaron una batalla campal contra la hinchada del equipo visitante en este caso del Atlas que terminó con varios aficionados lesionados algunos de gravedad, pero también terminó con uno de los pocos espacios donde se podía respirar algo de paz… el escenario deportivo.
Desafortunadamente en nuestro país la violencia se respira en el ambiente, vivimos en un México donde no solo los grupos criminales son los responsables de ella con los cientos de miles de asesinatos ejecutados por delincuentes que buscan infundir terror en sus contrincantes, sino también vivimos violencia en el hogar, violaciones flagrantes de los derechos humanos denunciadas en contra de autoridades que ejercen esa violencia sin un escrúpulo.
Luego entonces me pregunto, ¿hasta dónde llegarán las autoridades de los tres niveles de gobierno para inhibir la práctica cotidiana de la violencia? hasta cuándo habrá conciencia de que a México lo estamos arrastrando al caos, ese que a nadie nos conviene, ese que nos ha puesto de nuevo en los ojos del mundo y por un acto que avergüenza, que degrada nuestra imagen como el destino hospitalario más importante de América Latina.
¿Cuándo será el momento en que se marque un hasta aquí y dejemos de ser complacientes con quienes son responsables de generar esta violencia? Se dice que en el caso del partido mencionado, habría cabecillas de grupos de la delincuencia rivales, pertenecientes a las barras de estos equipos, lo que desató la furia de los pandilleros y delincuentes, porque no se les puede calificar de otra forma, que terminó en la tragedia que hoy es más que conocida.
Ahora toca a las autoridades dar con los responsables de esta bajeza, y que paguen por el crimen que cometieron, porque además de arrebatar la salud y la dignidad a las personas que fueron agredidas, nos roban un poco más de esa ya muy poca paz que tenemos los mexicanos.
Miguel Ángel Puértolas
