En unos días se pondrá a consulta popular la posibilidad de juzgar a ex presidentes de México en un ejercicio que el Instituto Nacional Electoral deberá de ejecutar con los recursos con que cuenta, independientemente que acabamos de salir de una jornada electoral que implicó un gasto impresionante para poderse llevar a cabo.
Los ejercicios como la consulta pública abierta son necesarios para reforzar nuestra democracia y dar voz a la mayoría sobre acciones que pretende ejecutar el gobierno pero jamás debe ponerse a discusión si se debe ejercer la justicia en caso de que por parte de la autoridad haya indicios de que se cometió un delito.
Creo que eso jamás debe de someterse a consulta, pues bajo la ley todos somos iguales no importa la posición, cargo o rol que hayamos desempeñado en la sociedad si somos responsables de la comisión de un delito deberemos de pagar ante la justicia con las medidas de apremio que establece la ley.
Esta consulta costará millones de pesos en recursos que serán gastados de manera inútil, no es posible que se dilapide de esta manera el presupuesto cuando la obligación del gobierno es ejecutar la ley y no consultar si debe hacerlo. Si hay indicios de la comisión de algún delito el procedimiento o es consultar si se debe de investigar, sino que se debe de presentar la denuncia correspondiente ante el ministerio público que está obligado a investigar y en su caso presentar a un juez para que este decida si al indiciado se le vincula o no a un proceso judicial en el que se determinará si es culpable o no y se aplicará la sanción correspondiente.
Resulta inútil, me parece que hasta irresponsable trasladar la responsabilidad de quienes administran los recursos, a los ciudadanos para decidir si se procede o no en contra de ex mandatarios, lo peor del caso es que si se decidiera que sí, entonces tendrían que iniciar investigaciones primero para dar con el hecho delictivo que por el que se les pretende juzgar y después probar las acusaciones, y por otro lado si la respuesta es no entonces podríamos estar frente a una bendición popular de la impunidad de la impunidad. _
Miguel Ángel Puértolas