Suficientemente cruda es la realidad, como para restregarla en la cara con imágenes que en nada aportan a la paz social, suficientemente indignante es saber del feminicido artero de una mujer como para además victimizarla a ella y a sus seres queridos, con imágenes sensacionalistas que nos obligan a abrazar la ética y el respeto por la vida y la dignidad de las personas, pues una víctima de homicidio es víctima independientemente de lo hecho en vida.
Quienes tomaron las imágenes de Ingrid Escamilla y quienes las difundieron, solo se pueden comparar con los delincuentes que dejan sus videos, fotografías y narco mantas para enviar “mensajes” a la sociedad temerosa de sus operaciones quienes las difunden sobre todo se convierten en una especie de cómplices de los delincuentes y por ello deberíamos como sociedad pedir una sanción para quienes exhiban a las víctimas independientemente de la actividad que tuvieran en vida, tenemos que volver a aquella sensibilización respecto a la muerte que tristemente hemos perdido.
Ingrid fue víctima de su pareja, de un hecho que eriza la piel con solo saber de lo ocurrido y que no tiene porqué violentarse su intimidad, horrorizando al extremo mostrando la violencia con la que fue asesinada, nadie tiene derecho de exhibir así a un ser humano, lo podrido de nuestra sociedad no es necesario buscarlo en los medios, nos inunda en las redes sociales, donde todos los días el morbo es utilizado para generar audiencias en busca de contenidos reprobables.
No quiero entrar en una discusión sobre ética profesional, pero sí apelo a que así como rechazamos la violencia y hacemos llamados a acabar con la delincuencia, generemos movimientos de respeto y empatía hacia las víctimas de cualquier delito por un lado y una enérgica condena a quienes lucran con el dolor ajeno. Eso nos debe llevar a ser una sociedad empática con el dolor ajeno, que nos llevará a cerrar heridas más pronto.
Leo con preocupación que hoy solo se habla de movimientos feministas que condenan este hecho, creo que la polarización no ayudará en nada, debemos todos unirnos en una sola voz, para no exhibir a ninguna víctima, en ninguna circunstancia, sea hombre o mujer.
