Ayer, los habitantes de tres poblados de los Altos de Jalisco, ubicados justo donde se construye la presa El Zapotillo, podría decirse tuvieron un día histórico, por primera vez desde que se inició la construcción de este megaproyecto, un secretario de estado estaba de su lado, al menos así lo dio a entender, de quienes están en riesgo de perder su patrimonio al quedar Acasico, Palmarejo y Temacapulín bajo el agua al llenarse la presa.
Víctor Manuel Toledo Manzur, titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, aseguró que había argumentos suficientes para detener la construcción de la presa, argumentos que por cierto no esgrimió, salvo la empatía con los habitantes de estos poblados al reconocer su empoderamiento en los últimos 12 años, desde que se decidió, a petición de Jalisco, elevar la cortina de la presa a 105 metros con lo que se sentenciaba a los tres poblados a desaparecer.
Fuera de ese argumento, Toledo Manzur no tuvo nada más para determinar la inviabilidad del proyecto de la presa, creo que es válido ser empáticos con quienes serían afectados por la obra, pero no se puede dejar fuera los más de 2 millones de personas que se verían beneficiados con la conclusión de la presa, el mismo funcionario reconoció estar en una encrucijada por este tema, entonces ¿por qué dar un veredicto tan tajante?
Claro, la mala noticia para los habitantes de estos poblados, que he de reconocer emprendieron una batalla desigual contra el gobierno para evitar perder su patrimonio, fue que el funcionario federal les dijo que para detener el proyecto tendrían que convencer al presidente de la viabilidad de su propuesta de gestión del agua para no dejar sin agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara, Los Altos de Jalisco y la ciudad de León que hoy ve reducido el tiempo que le queda para seguir explotando los acuíferos propios.
Las declaraciones del secretario del Medio Ambiente, vienen a poner de nuevo un desbalance en este proyecto en el que ya los gobiernos de los estados beneficiados habían llegado a un acuerdo de entendimiento. En efecto hoy no es un hecho que la presa no se vaya a construir, pues el avance de la obra es superior al 80 por ciento, no así del acueducto. Aunque preocupa que, de la noche a la mañana como el aeropuerto de Texcoco, simplemente le den carpetazo y adiós ahora sí al agua que tanto urge llegue a nuestra ciudad. Ojalá y esté equivocado.