He escuchado cientos de promocionales y discursos provenientes de los partidos de oposición en México y tienen no un gran, sino un enorme problema, nadie les cree. Especialmente el PAN de Marko Cortés y el PRI de Alejandro Moreno han expresado de mil y una formas que ellos tienen la respuesta a los problemas de nuestro país, y la solución a los males que nos aquejan, de una u otra manera han dicho que ellos sí saben gobernar, pero… ¿saben qué? tuvieron la gran oportunidad de demostrarlo y no fue así.
La historia ahí está, y la llegada de Morena al poder no es más que el resultado de un mal gobierno tras otro, con resultados mediocres que apenas les ha alcanzado para mantener triunfos cada vez más reducidos y con una percepción negativa de entre los pocos ciudadanos que aún se animan a votar por un partido político, pues cada vez son menos quienes acuden a las urnas, por culpa del nefasto manejo de las instituciones en el país por cada uno de los grupos que han llegado al poder.
El gran problema de la oposición y parece que no lo entienden, o no lo quieren entender, es que no logran convencer, no a sus militantes, que cada vez son menos, no convencen a los ciudadanos que no están de acuerdo cómo se han llevado las riendas del país y México empieza a ser rehén de un pequeño grupo de acarreados que constituyen las fuerzas básicas y la estructura de aquel que tiene los recursos para movilizar.
No generalizo. Sé que hay un gran grupo de mexicanos que siguen acudiendo a las urnas con la esperanza de que su voz sea oída, pero son los menos y parece que a ningún partido político le conviene cambiar las cosas pues todos los que han llegado al poder se han beneficiado de éste dejando un desastre cada vez que terminan sus mandatos.
Acción Nacional tuvo la gran oportunidad de hacer la diferencia, pero se sentó en los reales del PRI, acogió sus cotos de poder, mantuvo los beneficios de quienes ya los tenían y eso les costó aguantar solo dos sexenios en la presidencia. El PRI llegó con la anuencia de quienes creyeron que había aprendido la lección y llegó a asaltar las arcas como si fuera la última vez en Palacio Nacional.
Y no hablemos de la inseguridad… nadie se salva. Ni la 4T. El descrédito a todos los acompañará siempre. Solo que hoy un partido tiene el recurso para seguir moviendo a quienes votarán por él.
Miguel Ángel Puértolas
