Qué grado de descomposición vivimos como sociedad que este año en especial, el número de mujeres agredidas con violencia extrema se ha incrementado de manera preocupante, no hay día que no nos enteremos de un caso que no hace más que llenarnos de horror, mujeres quemadas, mutiladas y vejadas hasta la muerte son noticia diaria.
Está el caso de Myrta Itzel, una mujer de 45 años de edad, que sufrió maltrato, violencia física y emocional por parte de su pareja, quien le quitó la vida al incendiarla. También está otro el de una niña de 11 años con problemas de epilepsia y salud mental que resultó con quemaduras graves tras ser rociada con alcohol y recibir descargas eléctricas en un albergue de Tonalá, con peor suerte corrió Margarita Ceceña quien murió en un hospital de la Ciudad de México, víctima de un ataque con gasolina que le arrojó uno de sus familiares y después la incendió.
La violencia contra las mujeres se ejerce de distintas maneras; sin embargo el homicidio, la forma de violencia más extrema, ha tenido un alza preocupante, que ha llevado a la clasificación del delito además como feminicidio cuando se trata de crímenes perpetrados por el odio hacia el género femenino.
Los homicidios en contra de mujeres en los últimos 20 años han crecido 160 por ciento, pasando de mil 316 de acuerdo a cifras del Inegi a 3 mil 462 en 2021 de acuerdo a la última cifra dada a conocer por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad. La cifra total de víctimas es 0.32 % menor que la del mismo periodo de 2020, cuando mataron a 3.473 mujeres en México.
Sin embargo, los feminicidios subieron 3.25 % este el años pasado frente al 2020 y todo parece indicar que la cifra se mantendrá en este 2022, tan solo en el primer semestre del año han ocurrido 479 feminicidios, la mayoría con otros elementos que nos son ni armas blancas ni armas de fuego, y en la mayoría de los casos se ejerció violencia extrema.
Seguro algo estamos haciendo mal, pues cada vez son más, los asesinos de mujeres.