Ayer en su mensaje, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció tácitamente que los delitos que a nivel nacional han disminuido son los del fuero común, resaltó que el robo, en sus diferentes modalidades, a transeúnte, casa habitación, vehículos e incluso los secuestros.
Un reconocimiento que viene bien a quienes se dedican a combatir estos delitos, que son las autoridades estatales, principalmente, y municipales. Claro, el hecho de que existan menos carpetas de investigación por el delito de robo no quiere decir tampoco que haya disminuido sino que muchos se arreglan por la vía conciliadora con la reparación del daño y se evita que el inculpado llegue a juicio.
También existe la posibilidad de que se mantenga esa enorme cifra negra que es un lastre para la procuración de justicia, pues en especial en robos como el de transeúnte también donde cuando mucho se denuncian 7 de cada 100 solo se esté reflejando esta cifra y no los reportados que representan en 93 por ciento restante.
Y es aquí donde empieza el problema, resulta que el mandatario reconoció que delitos como los homicidios dolosos son los únicos que no han disminuido. El detalle es que al menos 9 de cada 10 homicidios dolosos, en especial los perpetrados con arma de fuego, tienen una relación con el crimen organizado y los delitos relacionados al crimen organizado que terminan originando la violencia que azota a nuestro país son delitos del fuero federal.
Es decir, de estar combatiendo de manera frontal y con una estrategia bien definida los delitos como el tráfico de drogas, el lavado de dinero, las operaciones con recursos de procedencia ilícita el robo de combustible (que ese es otro tema muy grande que analizar) entre otros la violencia en México habría disminuido desde hace mucho tiempo y si no lo hace es porque las actividades propias de la delincuencia organizada, misma que debe ser combatida por el gobierno federal, no se combaten de manera eficiente.
Si tomáramos el delito de homicidio como un delito aislado efectivamente estaríamos hablando de un delito del fuero común, pero este fenómeno (el homicidio doloso) tiene su origen en la guerra intestina entre bandas del crimen organizado, o los ajustes que los grupos criminales hacen en su interior derivado de cobros, o traiciones dentro de las asociaciones criminales.
Aquí es donde le dejo la reflexión y es momento de preguntarnos (según lo confirmó el propio Jefe del Ejecutivo federal) ¿Quién entonces no está haciendo el trabajo que le corresponde?
Es pregunta sólo con la intención de invitar a la reflexión...