Y año con año vemos que la política de mantener al Ejército en las calles no ha servido de mucho, ni se fortalecieron las policías civiles, ni se redujo la criminalidad, ni lograron bajar la violencia, ni los homicidios, ni lograron controlar a los grupos criminales.
Entonces… ¿para qué ampliar el período de su estadía en las calles para “combatir el crimen”? Yo sería el primero en manifestarme a favor de esta decisión de ver resultados tangibles, pero no es así, algo está faltando y no es culpa de la milicia debo decirlo, algo no engrana aquí que nos ha llevado a un descontrol total, con un magro descenso en el número de homicidios celebrado por nuestras autoridades como triunfo contundente. ¡Por favor!
Ahora los senadores tienen la gran responsabilidad, de la cual serán juzgados por la historia de decidir respecto al dictamen que propone ampliar hasta el 2028 la presencia de las fuerzas armadas en labores de seguridad pública.
Morena y sus aliados, en el pleno del Senado de la República, aprobaron retirar el documento para regresar a comisiones y de ser necesario, construir un nuevo proyecto, mismo que debe ser analizado con lupa, pues no digo que nuestro Ejército no sea necesario pero, ¿la respuesta sólo está en mantenerlos en labores de policías?
Muy desafortunado ha resultado también para las fuerzas armadas el desgaste al que han sido sometidos, y el desprestigio que por fortuna no ha hecho aún mella en la mayoría de los ciudadanos por el actuar de elementos corruptos que han terminado contaminados por los grupos delincuenciales.
Las detenciones han caído, no están tras las rejas las cabezas grandes de estos grupos delictivos, se están llenando las cárceles de matones, pero no de quienes los dirigen, y eso es responsabilidad de la autoridad, entonces… ¿Insistirán en dar al traste con todo manteniendo una política que no cabe la menor duda no ha dado resultados?
Si la razón no impera, y se impone la soberbia, seguro todos sabemos la respuesta.
Miguel Ángel Puértolas