Parece ser que Morena ha dado el tiro de gracia a su alter ego… el PRI, dos bastiones de este partido político dijeron adiós a tricolor, que todo parece indicar sólo logrará continuidad en el estado de Coahuila para alcanzar los 100 años continuos en el poder, claro si otra cosa no sucede en el vecino estado del norte del país.
Todo indica que en esta elección más que arrebatarle al PAN, Tamaulipas, Durango y Aguascalientes, la preocupación de Morena estaba centrada en dos de las joyas de la ya abollada corona del Partido Revolucionario Institucional, Oaxaca e Hidalgo en donde hasta el cierre de esta columna la 4T llevaba una ventaja que los ponía al frente del Ejecutivo de cada uno de estos estados con lo que el partido oficialista pasaría a gobernar 21 entidades federativas.
Ni el Partido Acción Nacional alcanzó estas cifras en sus mejores momentos en cuanto al número de gubernaturas ganadas, sólo el PRI como partido único sin alianza ha tenido estos números en la historia de México y se entiende pues Morena se trata de este PRI reciclado que hoy toma el control de la mayoría en los estados, lo que facilita las cosas para cambios estructurales en el país si por alguna razón tomaran la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados.
Y ese será un trabajo que seguramente les será encargado a los gobernadores de Morena, garantizar que cada estado aporte la mayoría de diputados y senadores de su partido en la elección del 2024, lo que no suena descabellado y daría pie a las tan codiciadas reformas constitucionales que ha buscado el Presidente López Obrador.
Queda claro con estos resultados que la alianza PAN-PRI-PRD está en cuidados intensivos, agonizante y viéndose como una opción perdedora para las próximas elecciones, pues ni el pírrico avance en las curules obtenidas para llegar a San Lázaro, hicieron realmente pensar en que siglas tan desgastadas iban a lograr algo teniendo principios tan opuestos en muchos temas.
El descrédito al dirigente nacional del tricolor, Alito Moreno, fue suficiente para dar la estocada final, y creo que ya es muy tarde para un plan b, la sucesión presidencial está a la vuelta de la esquina.
Miguel Ángel Puértolas
