Prefiero esperar al tercer partido, el del domingo, para escribir más a fondo y con información.
Lo único que diré tras la masacre de anoche es:
¿Aún le van a seguir contemplando sus caprichos a Martino?
¿Va a seguir llamando a jugadores que no tienen nivel y dejando fuera a otros que tienen más peso, entre ellos Aldo Rocha?
¿Le van a aceptar su capricho de no llamar a Chicharito? Yo no soy fan de Javier, pero tiene más gol que todo el Tri junto.
Imagen mundial
El narcotráfico nos ha dado la vuelta al mundo.
Por décadas la imagen del mexicano ha girado en algo lindo y amigable.
Por experiencia propia, les cuento que estar viviendo algunos años en el Viejo Continente te hace confirmar que el mexicano es querido en casi todo el mundo. Nos hacen distinción, caemos bien a casi todos y te extienden la mano. Esa es la fama, por lo general, que tenemos como pueblo amigable alrededor del mundo.
Bueno, el sábado 28 de mayo se jugó la Final de la Champions. El partido comenzaba a las 14:00 horas y terminó iniciando a las 14:36, claro, esto hora de nuestro país. ¿Por qué?, porque decenas, incluso hasta centenas de aficionados, en su mayoría franceses e ingleses, trataron de meterse a la fuerza al Saint-Denis, estadio donde se jugó la Final.
Por fin se solucionó y comenzó el partido. Al final ganó el mejor club del mundo: el Real Madrid.
Y la historia comenzaría al final del partido.
El robo
Como en cualquier evento en el planeta, ahí había mexicanos.
Resulta que al concluir el juego se hicieron disturbios peores que antes del mismo: pleitos, agresiones y robos. Al salir, miles de aficionados se toparon con franceses y africanos robando a los asistentes a la Final europea: celulares, carteras, ropa, relojes. Aquello parecía un robo en despoblado.
Los salva el narco
Varios mexicanos estuvieron ahí y no sufrieron robo alguno… ¿por qué?
Uno de los que estuvieron en medio de los disturbios y del robo de pertenencias me contó todo lo que sucedió, con santo y seña, con detalles que te van a hacer pensar de nuestra imagen en el mundo:
“A la raza la andaban chingando y nosotros traíamos las banderas de México en la espalda y en la cintura y no nos hicieron nada. (Los ladrones) llegaban y decían: ‘narcos, narcos…’ y se iban los weyes”.
Los mexicanos que salían del Saint-Denis agradecieron que ahora tengamos en el mundo la fama de “narcos”. Literal, los salvó.
Miguel Ángel ArizpeTwitter: @ArizpeMiguelZ