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"Polvo": blanca comedia negra

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  • Maximiliano Torres

Narcoficción no es la definición exacta para Polvo, ópera prima de José María Yazpik. La palabra tiene fuerte carga de significados.

Narcoficción es biografía de los capos de la droga, lucha de cárteles, vidas de excesos, ostentosidad, misoginia, violencia, sangre. Y, últimamente, si me preguntan a mí, narcoficción es también una invasión de actores y actrices de piel blanca y ojo claro quienes antes no aceptaban nada que no fuera el protagónico de una telenovela o comedia romántica y ahora están dispuestos a renunciar al privilegio de su color de piel para asumir estereotipos ajenos, con tal de estar donde está la audiencia.

Nada de esto hay en Polvo. Sin embargo, dialoga con dicho género al tratarse de cómo la sociedad, aún sin tener vínculos directos con el crimen organizado, se transforma.

El Chato (José María Yazpik) es un frustrado aspirante a actor que regresa a San Ignacio, su pueblo natal, con una doble pena. La primera es dar la cara a sus seres queridos, luego de no haberse convertido en estrella de Hollywood. La segunda es la peor: tiene que ocultarle a su gente que ahora trabaja para un cártel, y que el verdadero motivo de su regreso es recuperar un cargamento de cocaína que cayó por accidente en el pueblo. Por ser oriundo de San Ignacio, sus jefes lo envían pensando que le será fácil completar la misión. Lo cierto es que, una vez reencontrándose con su pasado, El Chato se verá tentado a recuperar su vida, su familia y un amor inconcluso.

Varios rasgos sobresalen en esta transición de actor a realizador. El que le da relevancia es la decisión de Yazpik de narrar principalmente sin sangre, ni violencia, una historia normalmente plagada de terror criminal. Esto no quiere decir que la película ignora la naturaleza del narcotráfico, ni que nos proponga olvidarnos de ella con una comedia escapista. Ambientada en 1982, en un pequeño pueblo de Baja California, a casi cuarenta años de distancia de la realidad sociopolítica actual de México, la idea de una comunidad que se cree el cuento de que los paquetes que cayeron del cielo contienen un polvo propiedad de una farmacéutica para desarrollar un medicamento, transmite una inocencia que cualquier mexicano al tanto de las noticias diarias estará dispuesto a aceptar como una merecida añoranza del pasado. Otra fortaleza de Yazpik que no tiene que ver con el ángulo que da a este tema coyuntural, es su sensibilidad para dirigir comedia, observable en cómo él mismo se toma poco en serio con un meta-personaje protagónico que se burla de sus aspiraciones actorales, consistente en los gags con los que va mostrando la descomposición social de San Ignacio a medida que el narco los involucra para recuperar su cargamento, y loable al trabajar junto con Mariana Treviño los matices que generalmente faltan en sus actuaciones.

Pertinente y lograda como comedia, Polvo tiene la característica indispensable de una ópera prima: producirnos la curiosidad de saber qué es lo siguiente que hará su director.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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