Invariablemente del modelo económico que siga cualquier país, sea comunista; capitalista; o socialista, debe tener un objetivo fundamental: El bienestar de la sociedad. Lo que en estos días se vive en la hermana República Bolivariana de Venezuela es un fenómeno que nos acongoja y sorprende; estamos escribiendo no de Haití, sino de una economía petrolera líder en América Latina, la cual hoy tiene a la mitad de su gente inmersa en pobreza y miseria. En Venezuela se viven dos realidades distintas, por una parte están aquellos ciudadanos que comulgan con las ideas del presidente en turno y, cuyos beneficios son latentes desde cualquier enfoque que se les vea, tienen los mejores trabajos; acceso a alimentos y servicios médicos; cuentan con moneda extranjera y viven bien; En contraste, tenemos otro grupo de venezolanos enfrentados al régimen del presidente Maduro, una sociedad cansada de humillación, pobreza, miseria y antidemocracia en el hermano país de Bolívar, todos esos ciudadanos han sufrido represión, no tiene acceso a buenos empleos, se le limitan los alimentos y los recursos económicos; por sus ideas son arrastrados a la oscuridad económica de un país petrolero que hoy vive una de sus etapas históricas más crueles de toda su vida libre y democrática.
No hay otro origen del fenómeno que no sea la mala administración económica de un gobierno totalitario, el cual atenta contra la libertad de prensa, contra la democracia y la libre empresa.
Los venezolanos son un pueblo trabajador, humilde y bondadoso, no merecen ellos ni ningún ser humano pasar hambre en un país inundado de petróleo. El gobierno mexicano si bien, es respetuoso de las decisiones internas de los venezolanos, consideramos que ya es momento de levantar la voz y apoyar los intereses de los más desprotegidos.
Fenómeno Venezuela y su cercanía a México
- La economía del túnel
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Maximiliano Gracia Hernández
Ciudad de México /