Existen dos grandes parteaguas en la historia de la humanidad: la nómada y la sedentaria.
La época nómada ha sido la que ha abarcado más del 99% del tiempo que tenemos de existir como especie, terminó hace alrededor de 10 mil años con los primeros asentamientos humanos y poco a poco los humanos se fueron estableciendo en ciudades que con el tiempo crecieron en número de habitantes.
Algo muy relevante es que en ambas épocas se establecieron núcleos humanos con el propósito primordial de garantizarse seguridad. En la primera eran muy pequeños grupos de entre 15 y 50 personas, en los segundos ya de varios miles.
En la actualidad vemos que ya más del 90% de las personas del mundo viven en zonas urbanas. Esto hace 150 años era al revés, más del 90% de la población mundial vivía en zonas rurales. Las ciudades son cada vez más grandes, pero continúa el mismo común denominador, nos juntamos como humanos para garantizarnos la seguridad mutua.
Los gobiernos existen primeramente para asegurar la paz y la seguridad a sus ciudadanos. Esta fue, y es, la función más importante de todo gobierno. El Estado, al establecer las Policías y sistemas de justicia, se autonombró el único facultado para ejercer la violencia, irónicamente, en favor de la paz. Se adjudicaron el monopolio de la fuerza.
Definitivamente hemos avanzado de las épocas donde no existían policías y no estaban siquiera penados los asesinatos, pero estamos muy lejos de lograr la verdadera paz que todos anhelamos.
Aún no logramos como estado y como país este derecho humano constitucional. La entidad está viviendo su peor momento histórico en seguridad, con el mayor índice de homicidios desde las épocas de Calderón. De nada sirve si un gobierno tiene avances en rubros económicos o sociales, si no puede garantizarles a las personas lo más importante: sus vidas.
La seguridad no puede politizarse, y mucho menos ser víctima de los egos. Justo ayer se cumplió un año sin fiscal General en el estado de Nuevo León. La dependencia encargada de asegurar la justicia en nuestro estado, la que tiene la función neurálgica de garantizar que los delitos no queden en la impunidad, no ha tenido titular por el choque de egos entre el gobernador y los mangoneadores del PRI y PAN en el estado.
Por el bien de Nuevo León que se moderen los egos y que todos los actores políticos se sienten a cooperar, si no es en los múltiples temas que aquejan a los ciudadanos, al menos que sea para garantizarle la vida a la gente.