Hay momentos en la humanidad en donde han existido tendencias que marcan un hito. En estos momentos han existido naciones que aprovechan la tendencia a su favor y toman distancia de los demás.
Ejemplos de esto son la exploración marítima entre los siglos XIII y XIV, así como la revolución industrial iniciada en el siglo XVIII. Los países que tuvieron la visión de aprovechar la tendencia aumentaron su prestigio, bienestar y poder, mientras que aquellos que no lo hicieron quedaron rezagados por siglos.
Esto mismo está sucediendo en el mundo actualmente. No inició en este milenio, pero definitivamente estamos dando un paso exponencial en donde las naciones que aprovechen la ola de la ciencia y la tecnología tendrán una ventaja muy importante.
Desde el final del Notivox anterior observamos que se empezaron a perder muchos empleos de índole manual por la robótica y automatización. Esto levantó las antenas de muchos analistas de seguridad nacional en diversos países que vieron esta tendencia como un antagonismo que podría generar desempleo.
Pasaron décadas y ahora estamos en la antesala de un salto cuántico en el avance de la innovación y la inteligencia artificial que le permitirá a ciertos países operar de manera más óptima. Esta ola ya se formó, está avanzando y está en nuestras manos subirnos y saberla surfear como maestros, o dejar que nos revuelque duro.
Actualmente estamos invirtiendo el .3% del producto interno bruto en ciencia, tecnología e innovación, esto es bajísimo. Y si sumamos que más de la mitad de esta inversión viene del Gobierno es todavía más preocupante. En los países donde se invierte más del 5% del PIB vemos que entre el 60% y 80% de esta inversión proviene de la iniciativa privada y las universidades. No hay dinero público que aguante la exigencia de inversión en ciencia, el Gobierno tiene que incentivar, pero la IP y academia tienen que entrarle.
En México el escenario es favorable. Estamos en la antesala de que llegue a la Presidencia una mujer científica, investigadora y académica. Claudia Sheinbaum ha impulsado la ciencia en los ámbitos de influencia que ha tenido, y cuando llegue a la máxima responsabilidad política de nuestro país lo hará a nivel nacional.
Andrés Manuel López Obrador cambió la dinámica política social de nuestro país, separó el poder económico del político y revolucionó la manera de hacer política. Sin embargo, en el impulso de la ciencia y tecnología el avance pudo haber sido mayor. La doctora Sheinbaum está lista para lograr este objetivo pendiente.