Los hábitos definen a una persona. No se puede ser un buen político si no se tienen buenos hábitos. La política requiere de preparación, experiencia y, sobre todo, buenos sentimientos.
Esto aplica para la vida también. No podemos pensar que somos buenas personas si nuestros hábitos no lo reflejan. No podemos decir que creemos en proteger al más desamparado, en proteger a las mujeres, en proteger los derechos de todas las personas, si nuestros hábitos del día a día no reflejan acciones y tiempo dedicado encaminados a estos propósitos.
En política abundan los personajes que se la pasan de oportunistas, o en la grilla como se dice popularmente, buscando el puesto o el presupuesto sin tener absolutamente una idea de lo que quieren lograr o hacer con ese encargo o presupuesto que buscan.
Existen una cantidad incontable de políticos sin honor, sin escrúpulos y sin ideales que solamente aplican pragmatismo para decidir sobre diferentes cuestiones, inalterados por tantas problemáticas que aquejan a nuestro país y nuestro mundo, solamente buscando su beneficio personal.
Para ser un buen político se requiere orden en nuestras vidas, se requiere dedicar nuestro tiempo y nuestro esfuerzo constante para las causas nobles, para las cuestiones que mejorarían la vida de millones. Estos esfuerzos no tendrán frutos si no son constantes.
Las cosas buenas no se logran por arte de magia, requieren planeación e implementación. Sin un sistema de trabajo encaminado a esto y un acompañamiento directo, no delegado, no se logran.
La ciudadanía tiene un rol y una responsabilidad importantísima en esto, necesitamos detectar qué políticos tienen buenos hábitos y quiénes no. Para esto hay que echar un vistazo también a la vida personal de cada uno. No estoy de acuerdo en que la vida personal de un político no tenga importancia para determinar su idoneidad para el encargo.
Si un político es negligente con su familia, si es negligente con sus amigos, si es negligente en su comportamiento del día a día, entonces tampoco servirá para el encargo. Si no tiene buenos hábitos en su vida diaria, si miente, si traiciona a la gente que lo rodea, entonces no servirá a todos si ni siquiera sirve a los que directamente le rodean.
Está en nuestras manos lograr un México y un mundo mejor. Para esto necesitamos a las mejores personas en los puestos de mayor responsabilidad. Ya basta de levedad.
Mauricio Cantú González@CantuMauricio
