La semana pasada comenté en este espacio sobre la campaña negra que se ha puesto en marcha para afectar la imagen y la opinión del desempeño del gobierno estatal entre los guanajuatenses y, por ende, restar simpatías a la candidata de Acción Nacional.
Entre los mensajes que fueron enviados a los dispositivos móviles de los habitantes de los municipios más densamente poblados en la entidad a través de textos cortos vía SMS, llama la atención la difusión de una encuesta en la cual supuestamente la candidata afín al gobierno federal aventajaría, según esto, por apenas encima del margen de error a la adversaria a vencer, que por cierto aparece puntera en las demás encuestas, pero no en este trabajo demoscópico del despacho capitalino Mendoza Blanco y Asociados.
Llama la atención que con la misma cortada del “Mira vecino:” perdido entre decenas de mensajes bloqueados por el smartphone como spam, y que magnifican asesinatos, secuestros, extorsiones e inseguridad hay uno donde se afirma que la preferida de los guanajuatenses sería la abanderada del partido del presidente.
Parece ser que los mismos interesados en denostar a los actuales gobernantes a nivel local tienen –coincidentemente- el propósito de impulsar a la oposición. No obstante, se sabe, en política no hay coincidencias.
Por supuesto que las cifras pueden decir lo que uno quiere que digan. Por eso no mencionan que la promocionada ni siquiera duplicaría en reconocimiento a la aspirante del lejano tercer lugar, o que sus bonos estarían 10 puntos por debajo de su correligionaria aspirante a la Presidencia, lo que es mucho decir en un estado que les es tradicionalmente adverso.
Así, lo mismo un estudio de la opinión de un grupo de mil personas resulta más que oportuno para ellos, que una desgracia de alto impacto que enlute a varias familias.
Cuando no se cumple aún una semana de proselitismo, lamentablemente el escándalo, y no las propuestas, así como las mentiras completas hechas pasar como verdades a medias son el acento que algunos pretenden posicionar entre los electores.
Flaco favor le hacen a la democracia.