Uno de los primeros ciclos afectados en momentos de ansiedad y miedo es el sueño. De hecho, la incapacidad para dormir es uno de los males más característicos de las grandes urbes y más en estos tiempos de cuarentena y aislamiento. El asunto es que dormir no es una actividad trivial para los seres vivos, que necesitan estos espacios de descanso y recuperación para poder sobrevivir y regenerarse.
Pero aun cuando el insomnio es aparentemente una enfermedad con un único y localizado síntoma que normalmente provoca irritabilidad y fatiga, suele llevar consigo muchas otras consecuencias como el deterioro del sistema inmune, además de trastornos y complicaciones del metabolismo, el movimiento intestinal y la actividad motora. La falta de actividad física, el consumo de cafeína o estupefacientes y los estímulos lumínicos pueden contribuir también a la aparición del trastorno del sueño.
En este sentido, la práctica de determinadas técnicas yóguicas permite el reequilibrio de los factores físicos y psicológicos de la persona. Como explica la revista digital Yoga en Red, existen factores mucho más profundos de los trastornos del sueño que pueden aminorarse a través de la meditación y el yoga:
“El insomnio se relaciona con un miedo latente a la muerte. Tal como la muerte es el final de la vida, el dormir es el final del día. Saber ir a dormir, supone saber renunciar y diluir la conciencia. Si en el sueño lo hacemos de manera inconsciente, al meditar seguimos manteniendo la conciencia, y se produce una aceptación consciente del vacío”.
A continuación te compartimos cuatro asanas a fin de favorecer el sueño para que las realices 45 minutos antes de dormir. Acompáñalas con respiraciones profundas y pausadas:
Uttanasana, la Pinza de pie, libera la tensión del cuerpo, sobre todo en piernas, espalda y hombros. Además, activa la circulación sanguínea para una adecuada oxigenación del organismo. De la misma manera, una de nuestras consentidas, Balasana, la postura del Niño, reduce la ansiedad y la fatiga estirando caderas, muslos y tobillos.
Otra posición que ayuda a conciliar el sueño es Halasana, la postura del Arado, que relaja hombros y estira la columna vertebral, reduciendo el estrés y la ansiedad. Finalmente, Savasana, la postura del Muerto, centra la atención en la respiración soltando la tensión de cada una de las partes del cuerpo.
(Con información de bienestar.salud180.com y yogaenred.com)
@marien_caminoa7