nos relatan los cronistas Clavijero y el Padre Durán que, durante su peregrinación desde Aztlán, la tribu tenochca elegía como sacerdote-jefe al elegido por los mismos sacerdotes. Durante su estancia en Chapultepec, nombraron jefe-sacerdote a Huitzihuitl, pero luego volvieron a elegir rey. Fundada ya Tenochtitlan, tuvieron la idea de pasar de nuevo al gobierno monárquico y, entre los grupos, triunfaron los guerreros, pero el sacerdocio estableció la consagración, y el monarca se identificaba con su dios.
Los hijos del rey Acamapixtli se nombraron “descendientes del dios de la guerra, Huitzilopochtli”, por lo que entre ellos se nombraba al señor ó “tecuhtli”.
Alvarado Tezozómoc y el Padre Durán nos dicen que se reunía toda la nobleza escuchando las arengas de los ancianos, nombrando entre todos al monarca. En 1430 se fundó el imperio por Itzcóatl y Nezahualcóyotl, que dominó todo el Anáhuac.
Posteriormente se dividió el Anáhuac en tres partes, quedando como señores principales el emperador acolhua y el mexicano, y con menor poder el de Tlacopan (Tacuba).
Convinieron entre el emperador acolhua y el mexicano que, en las guerras que hiciesen en común, se dividirían el botín y los tributos, concediéndole tan solo una quinta parte al señor de Tlacopan.
Por este pacto se modificó la manera de elegir al “tecuhtli”, de estos tres reinos. Clavijero dice que se hacía por cuatro nobles nombrados expresamente para cada elección, y que después fueron constituidos como electores honorarios los otros dos reyes, cuya única misión consistía en aprobar el nombramiento hecho en México.
Si faltaba el sucesor de México, lo elegían los señores y principales de su señorío, y si de los otros dos reinos, lo elegían los señores de su tierra, pero la confirmación era del señor de México.
Agregan los antiguos cronistas: “no hay rastro de que haya intervenido el pueblo en la elección”. Por lo que nos preguntamos: “¿Habrá avanzado la democracia en México después del periodo azteca?” _