Siempre me lo he preguntado: ¿Quién sería el famoso “carpintero” que dio nombre a nuestra hoy hermosa (y antes tan vilipendiada) laguna así nombrada? Los viajeros más antiguos del Tampico de Tamaulipas, fundado en 1823, que escribieron sus memorias ya la mencionan con el dicho nombre, aun cuando se cuentan muchas historias producto de la imaginación de los escritores.
Pensando con lógica, algún carpintero, conocido y ya recomendado desde entonces, habitaba a sus márgenes y sus servicios debían ser muy necesarios, y sería casi el único vecino pues nombraron a la laguna como de su propiedad. ¡Te saludo, pues, carpintero constructor y reparador del incipiente Tampico de las Tamaulipas, que perpetuaste tu incógnito nombre con tu honrado y fecundo trabajo!
Muchos historiadores de la región nos han informado sobre la laguna y su trayectoria. Ha pasado por elaborados planes tanto para desecarla como para sanearla y permitir el libre flujo de sus aguas; se ha desecado parte de la misma para la construcción del boulevard López Mateos y se han destruido muchos de sus útiles manglares.
Inicialmente se cubrían de fango y de peces muertos sus orillas, causando malos olores y molestias a la población. Sin embargo, muchas familias se sostenían con la pesca de las jaibas que allí abundaban y que le dieron el apodo a Tampico de “puerto jaibo”.
En 1856 se contrató a un ingeniero francés para que uniera las aguas del río Tamesí con la laguna, que no se concretó. En 1862 se volvió a intentar, sin resultado. En 1896, el Ing. Alejandro Prieto propuso la desecación total del vaso lacustre y rodearla de un canal.
Finalmente, el Canal de la Cortadura la une para su desagüe con el río Pánuco, y la laboriosidad de varios presidentes municipales la han convertido en un hermoso atractivo turístico para los visitantes de Tampico.
Pocas ciudades de la República (o del extranjero) cuentan con un lago en el medio de su población y, además, pueden admirar (y escapar corriendo algunas veces) de enormes y hambrientos cocodrilos que la habitan. Somos, y seremos siempre, muy especiales los tampiqueños. _