Hace 10 años, mi amigo y compañero de escuela, el ilustre abogado Morelos Jaime Canseco González, tampiqueño, escribió un artículo muy interesante, del cual me permito transcribir unos párrafos.
“Quizá solo Colombia nos puede ganar con el uso correcto del idioma castellano, porque los habitantes de la península ibérica se han dedicado a destruirlo.
“Por ejemplo, la pronunciación ‘ceceada’, transformada en hábito a través de los siglos, debida simplemente a que Carlos V de Alemania y I de España, hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, nació y se crió en Austria y su lengua materna era el alemán.
“Hablar español le causaba dificultades y ‘ceceaba’, por lo que sus súbditos empezaron a imitarlo, alabándolo. Hernán Cortés, extremeño, y sus compañeros no estaban contagiados de ese desagradable sonsonete, pues cuando llegaron a México aún reinaba doña Juana la Loca, y el mal aún no había llegado a la potencia española.
“Por eso, nosotros y los demás latinoamericanos hablamos con mayor corrección que los peninsulares.
“Posteriormente, la gran influencia del inglés en la Madre Patria es de tal dimensión que ya han aceptado (y nosotros por imitación), el vocablo ‘evento’ aplicado a un acto, o acontecimiento pasado.
“Lo ‘eventual’ (o aleatorio) solo puede ocurrir en lo futuro”.
(Ya existen hasta “salones de eventos”, y pensamos que podría caer un rayo u otra desgracia en los mismos, eventualmente).
“El Okey, en inglés, que viene de ‘oc’, la lengua de la Provenza, la Occitania, que significaba simplemente ‘sí’, pronunciado en inglés fue ‘ok’(pronunciado okey)”.
Utilizamos el “cocer” diciendo “se coce la comida”, en vez de “cuece”, como “muele” o “cuela”. Pero hay otros vocablos peores: “accesar”, “agendar”, por apuntar una cita en la agenda, y aun “calendarizar”.
¡Acabaremos fabricando verbos inexistentes en nuestra lengua! Indebidamente decimos “gasolinera” a una gasolinería.
Tendríamos que definir de esta manera a “zapatería”, “panadería”, “ferretería”, etc.
Ya se nos han ido los que dedicaron su vida “a darle brillo y resplandor a nuestro idioma”, preocupados por conservar en México un idioma castellano impecable.