En 1900 en Villa Ocampo, Durango nació Francisca Moya llamada Nellie Campobello. Una mujer norteña que desafió el destino que le esperaba para entrar a la historia de México como escritora, entre sus libros se encuentran: “Las manos de mamá”, “Cartucho: relatos de la lucha en el norte de México”, “Apuntes sobre la vida de Francisco Villa” por nombrar algunos; también se le recuerda como la fundadora junto con su hermana Gloria Compobello, Martín Luis Guzmán y José Clemente Orozco del Ballet de la ciudad de México contribuyendo a la creación de la Escuela Nacional de Danza donde Nellie fue directora.
Mi amigo el historiador chihuahuense Jesús Vargas Valdés me envió un hermoso regalo, una biografía: “Nellie Campobello. Mujer de manos rojas” (Jesús Vargas Valdés, Flor García Rufino. Prólogo: Jorge Aguilar Mora, México, Secretaría de Educación, Cultura y Deporte. Gobierno del Estado de Chihuahua, 2013).
Un libro en donde Jesús Vargas y Flor García entretejen la historia del país con la historia de la vida de Nellie. Cada episodio de la vida de esta mujer está sustentado con documentos, imágenes, y con entrevistas de personajes que estuvieron muy cerca de Nellie y de la familia.
El libro cuenta con un rico acervo de fotografías que dan cuenta de los personajes con los que Nellie trató como: José Antonio Fernández de Castro, el Dr. Atl, Carlos Noriega Hope, Martín Luis Guzmán, Germán List Arzubide, José Clemente Orozco, Austreberta Villa la esposa del general Pancho Villa y sus hijos Hipólito y Francisco entre muchos otros más.
“Nellie Campobello. Mujer de manos rojas “se convierte en un libro de consulta ya que esta mujer participó como bien lo dice Jorge Aguilar Mora “con una rara intensidad en momentos claves de la historia de México del siglo XX” y nos muestra un dentro del gran mural de la Historia de México un mosaico que retrata el México de la primera mitad del siglo XX.
Nellie la pionera en la danza moderna, la narradora excepcional fue secuestrada por el matrimonio de Cristina Belmont y su esposo Claudio Fuentes.
En 1985 fue la última vez que se le vio. Se supo después que había muerto en 1986 y que fue enterrada en Hidalgo; sus cenizas se recuperaron para llevarlas a Villa Ocampo, en Durango. Nellie escribió el siguiente poema que la retrata de cuerpo entero: No quiero, manos pálidas, que pidan perdón al cielo; las quiero rojas para derribar cerros….