La campaña de odio, encono y agresión en contra de diputados del PRI, PAN, PRD y MC que iniciaron de manera irresponsable, el “dirigente” de Morena, Mario Delgado y Sergio Gutiérrez Luna, “líder” de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, ha sido tan grave y deleznable, que ya varios de sus homólogos los denunciarán ante la Fiscalía General de la República (FGR) y algunas Cortes internacionales.
Y es que después de no haber alcanzado las dos terceras partes de votos de los integrantes de la Cámara baja para que fuera aprobada la Ley de Electricidad propuesta por el presidente López Obrador, el domingo pasado, a partir de ese momento iniciaron las hostilidades, agresiones y descalificaciones en contra de quienes votaron porque la legislación quedara sin efecto.
Sergio Gutiérrez Luna, uno de los más coléricos integrantes de Morena, -quien niega su pasado perredista y panista- lanzó epítetos de “¡traidores a la patria!” a sus homólogos de oposición, porque se negaron a aprobar la también llamada Ley Barttlet.
Gutiérrez, llamado “diputado Gutierritos” en el pleno camaral por la legisladora de Acción Nacional, María Elena Pérez-Jaen, se ha revelado como gran exhibicionista a partir de que fue electo presidente la Mesa Directiva de ese órgano legislativo, el 1 de septiembre del año 2021.
Es tanta su ambición y sed de poder que todos los días inserta videos de sus intervenciones en la Cámara de Diputados, en sus redes sociales personales, en las que incluso ha expuesto a su esposa, Diana Karina Barreras, diputada de Sonora por el PT.
Y el otro “golpeador” visible de ese grupo es el limitado Mario Delgado, que ha demostrado su mal manejo de las relaciones al interior de ese instituto político donde existen graves enconos de varios de los militantes más cercanos a López Obrador.
Cada vez que puede –todos los días- Delgado se justifica y cura en salud de frente a su líder máximo, para lanzar descalificaciones a los opositores a su partido con el fin de que su figura sea ensalzada por propios y extraños, para intentar concluir su mandato hasta el término de su ejercicio como diputado federal, el 31 de agosto del año 2024.
Asimismo, desde que Delgado encaminó su vida política a Morena por encargo de su otrora jefe, Marcelo Ebrard, aquel demostró su limitada capacidad para hacer arreglos, tejer fino al interior de ese partido y dejar satisfechos a todos por igual. Lo que por supuesto, no ha logrado el objetivo.
A pesar de que lo niegue, Delgado es tan incapaz que en la elección del año pasado, en el 2021, Morena perdió 50 curules, las que le daban la mayoría absoluta en San Lázaro y que le hicieron falta para ser aprobada el domingo pasado la citada Ley de Electricidad.
Otro aspecto vital que tiene en contra el diputado federal es el de no haber podido consolidar una estructura partidista suficiente, como para que el Movimiento de Regeneración Nacional fundado por López Obrador, deje de tener tantas fisuras que en ocasiones amenazan con romper a la mitad a esa instancia partidista.
Y para los que son proclives a lanzar descalificaciones en contra de los que no piensan ni actúan como Gutiérrez y Delgado, habré de recordarle su pasado como “político” de partidos a los que pertenecieron y de los que reniegan –que eso no le importa a los de Morena- menos a los cínicos y olvidadizos como los referidos.
Delgado es también un traidor, ya que el jueves 13 de diciembre del 2012, entonces senador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) mostró su simpatía por el Pacto por México, -que fustiga hasta hoy López Obrador- y no solo eso, el todavía líder de Morena llenó de elogios la reforma educativa de Enrique Peña Nieto.
Para muestra de ese servilismo, cuando el propio Delgado llevaba apenas tres meses de senador, en la sede oficial de Paseo de la Reforma se discutía la Ley de Educación, -que a la postre el propio Delgado descalificó en 2019, ya diputado de Morena- expuso de forma pública de esa legislación en 2012, que era “la reforma estructural más importante que necesita nuestro país”.
Solo por ejemplificar, así se las gastan ambos personajes, serviles a los designios del tabasqueño. Nunca, por supuesto, de frente al pueblo. Menos a Morena.
Nacho Mier hipócrita y siniestro cuando fue priista
Como diputado del PRI en la LVII Legislatura, el actual coordinador de Morena, Ignacio Mier Velazco, votó en favor de legalizar el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) mediante la aprobación del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), que implicó el rescate de los bancos.
Usuarios de redes sociales recordaron el domingo pasado el voto del legislador, quien rechazó mediante su oficina de prensa expresar una postura al respecto.
Cabe recordar que en la votación del 11 de diciembre de 1998, como consta en la Gaceta Parlamentaria del día siguiente de ese año, la Cámara de Diputados aprobó la reforma con 326 votos en favor de diputados del PRI y de Acción Nacional, mientras 158 lo hicieron en contra: 124 legisladores del PRD, 11 del blanquiazul, seis del PT, cinco del PVEM –incluido El Niño Verde– y cinco independientes, entre ellos el actual secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Entre los priistas que respaldaron el rescate bancario estaban Dionisio Meade, padre del ex candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade; Miguel Ángel Navarro, candidato de Morena a la gubernatura de Nayarit; Ulises Ruiz, ex gobernador de Oaxaca, y el ex subsecretario de Educación, Marcos Bucio.
Legisladores del PRD que militan en Morena votaron en contra, como Pablo Gómez, quien calificó la reforma como “el gran robo del siglo”, Porfirio Muñoz Ledo, Dolores Padierna y Alfonso Ramírez Cuéllar.
También estuvieron, entre otros, Bernardo Bátiz, Lázaro Cárdenas Batel, actual jefe de asesores de la Presidencia, y Pablo Sandoval Ramírez, padre de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval.
Por los panistas, Marco Antonio Adame, diputado federal en la Legislatura actual; el gobernador de Chihuahua, Javier Corral; el ex secretario de Gobernación con Vicente Fox, Santiago Creel, Carlos Medina, y el ex director del Seguro Social y hoy senador por Morena, Germán Martínez Cázares.
El litio redescubierto por AMLO
Con respecto a la aprobación al vapor de la Ley Minera, elaborada y discutida al vapor el lunes pasado en la Cámara de Diputados y como revancha de López Obrador a su negativa de la oposición a la Ley Eléctrica, el propio AMLO le imprimió su personificación, en la que declaró al litio como mineral estratégico de México, cuando ya lo contemplaba la referida ley, aprobada por los constituyentes de 1917.
Xóchitl Gálvez Ruiz, senadora del PAN, refirió que dicha aprobación de esa ley minera a favor de nacionalizar el litio, demuestra que la ignorancia hace que los ignorantes celebren cosas que no debe festinar, porque el litio ya era de México.
Es inconcebible que lo único que se ha hecho con esa aprobación expuso la panista, fue negar contratos extranjeros para extraer el litio. El gobierno cree que con la creación de una empresa más puede arreglarse todo, cuando cuenta con dos empresas paraestatales muy endeudadas y no terminan en quiebra total porque el gobierno les inyecta muchos miles de millones de pesos a la CFE y PEMEX.
Lo que le parece muy grave a la oposición, arguyó, es que el gobierno no entienda que sigue la apertura del mundo para las energías limpias y México está en camino a la dirección contraria y a lo que debe de prestar el presidente es mucha atención en la forma de cómo están distribuyéndose los recursos de la CFE que auguró, “terminará en la quiebra total”.
Marco Antonio García