1.- Utilízalo de manera inteligente, después de un análisis comparativo de los costos que implica y de los beneficios que obtendrás para nada lo adoptes como forma de vida.
2.- Utilízalo para incrementar tus bienes inmuebles como por ejemplo la casa o para darle mantenimiento y que no pierda su valor comercial.
3.- Inviértelo para que tu negocio crezca, invirtiendo en mercancía o productos, haciendo mejoras en tu local, comprando mobiliario y equipo nuevo, etc.
4.- Impulsa tu vida profesional y tu preparación académica buscando un crédito para continuar con estudios más especializados en tu rama profesional.
5.- Utiliza un crédito con una taza baja para pagar créditos con altas tasas de interés y así evitar que caigas en la morosidad de los mismos.
6.- Utiliza un crédito cuando se te presente una opción de pago anticipado “Total” de un crédito a largo plazo donde obtendrás ahorro en intereses y te quitaras esa carga financiera.
7.- Utiliza un crédito para una oportunidad exprés de adquisición de un bien inmueble a muy bajo costo o en remate.
8.- Para afrontar una emergencia que implique un desembolso importante de efectivo.
9.- Como regla general, nunca debes adquirir un crédito al que le destines más del 20% de tus ingresos excepto si es un crédito hipotecario en cuyo caso puede ser máximo del 35%.
10.- Regla de oro: “Si estoy dispuesto a pagar un interés o costo por la oportunidad de utilizar el dinero de alguien más, entonces mi ganancia tiene que ser mayor a ese pago”.
El crédito puede ser la peor guillotina financiera de nuestra vida cuando creemos que es dinero regalado, pero es una excelente herramienta financiera cuando lo utilizamos a nuestro favor y podemos generar ganancias o construir un patrimonio.