En el marco del Día Mundial del Peatón, quisiera aprovechar este espacio para hablar sobre el significado de la fecha y lo que representa o debería representar para todos.
Cada 17 de agosto, se conmemora a las personas que caminan las ciudades con la intención de difundir y visibilizar la importancia que tiene el mejorar nuestras urbes para que quien decida trasladarse a pie, pueda hacerlo de forma segura, accesible y tranquila.
Pero también para exponer las limitaciones a las que se enfrentan diariamente, pues la fecha se instauró por la Organización Mundial de la Salud en memoria de la primera muerte registrada en 1897, cuando Bridget Driscoll, ciudadana de Londres, fue atropellada por un vehículo motorizado.
Este hecho marcó un parteaguas para la movilidad y dejó ver uno de los desafíos por los que continúan atravesando las ciudades mexicanas hasta hoy en día: caminar no debería ser motivo de accidentes o muertes, sobre todo si tomamos en cuenta que estos se pueden prevenir y evitar.
Más de un siglo después de ese suceso, el avance a nivel global no ha sido el que debería, pues se estima que cada año mueren más de un millón de personas alrededor del mundo en eventos relacionados con tránsito vehicular, de las cuales más de 270 mil son peatones.
México ocupa el séptimo lugar mundial en siniestros viales ya que cada año mueren alrededor de 25 mil personas por esa causa, situación que se agrava entre la población joven del país, debido a que las lesiones de tránsito representan la principal causa de muerte en niños entre los 5 a 14 años, y la segunda en el grupo de personas entre los 15 a 19 años.
En el caso del estado, Tamaulipas se ha posicionado dentro del top de entidades con mayor número de muertes de este tipo, registrando cada año más de 400 muertes que pudieron y pueden evitarse.
Pero lo que lo vuelve aún peor, es la normalización que se le ha dado a esta problemática que año con año nos quita miles de vidas de niños, jóvenes, adultos, personas con discapacidad, mujeres y hombres a los que la violencia y la inseguridad vial les arrebata la vida y pareciera que solo se vuelven una cifra más.
La falta de políticas públicas para solucionar esa y muchas problemáticas a las que se enfrentan las y los peatones, así como la poca o nula voluntad política para hacerlo y la insensibilidad de los medios de comunicación, autoridades y sociedad civil frente al tema, acentúan y postergan las deficiencias que venimos arrastrando en nuestras ciudades en materia de movilidad, haciendo más difícil el poder habitarlas y salir ilesos en el proceso.
Es por eso que el día de hoy los invito a reflexionar sobre este problema y sobre todas las limitaciones a las que nos tenemos que enfrentar quienes caminamos, pues no me dejarán mentir que, tanto las ciudades tamaulipecas como las mexicanas en general no están hechas para las personas (para prueba basta con ver la infraestructura urbana para sustentar dicha afirmación).
Como ya lo he mencionado, urge que se dejen de normalizar los accidentes viales y las muertes ocasionadas por estos, y se garantice la seguridad de todos, principalmente la de los usuarios más vulnerados.
No olvidemos que los peatones somos prioridad en el espacio público y bajo ese precepto debieran estar diseñadas nuestras calles y urbes, porque la ciudad es de todos.