El jueves por la mañana salió el tan esperado dato de la inflación en Estados Unidos correspondiente a junio; desde los inicios de la semana pasada se esperaba que éste fuera un buen número, y eso es lo que ocurrió. La inflación anualizada en junio creció solo 3 por ciento, lo que significa una reducción importante desde el 3.3 por ciento que se había alcanzado en mayo, pero no solo eso, también la inflación subyacente —que excluye los precios muy volátiles de productos agrícolas y energéticos— se redujo una décima para quedar en 3.3 por ciento durante el sexto mes del año.
Recordemos que para la Reserva Federal, la inflación subyacente es más importante que la nominal, ya que se trata de una inflación estructural muy pegada a los procesos económicos. Esta es una magnífica noticia y el discurso de la Fed, a decir de su presidente, Jerome Powell, ha venido siendo más moderado en las últimas semanas, y hacia adelante lo será más.
Aunque no creo que en el corto plazo la Reserva Federal se atreva a decir la fecha de la próxima disminución, esto es algo que los mercados ya contemplan con un alto porcentaje de probabilidad. La inflación de junio tendrá repercusiones importantes en muchos sentidos, primero tenderá a debilitar un poco al dólar frente a sus pares, pero al mismo tiempo se estará brindando una perspectiva de que el crecimiento económico que actualmente tiene la economía de Estados Unidos podrá moderarse un poco, pero alejará la probabilidad de una recesión, y quizás se logre, ahora sí, el tan ansiado aterrizaje suave de la economía.
La expectativa de baja en las tasas de interés para el último trimestre también beneficia la perspectiva de los principales índices bursátiles en EU y en el mundo occidental, pues estos tienen ese impacto global.
Ahora, tampoco hay que esperar fuertes reacciones, porque los índices actuales que han tenido un desarrollo muy satisfactorio —sobre todo el Standard & Poor’s y el Nasdaq— ya lo anticipaban, y por eso los buenos resultados al primer semestre del año.
Otro sector que se podrá ver beneficiado es el de la construcción de viviendas, ya que éste había disminuido debido al fuerte costo de las hipotecas, y ante la expectativa del ciclo de reducción en las tasas de interés seguro puede beneficiar la construcción de casas nuevas; hay que resaltar que se protege más el crecimiento económico con tasas por debajo de los niveles actuales.
De cualquier forma, es importante mencionar que la Reserva Federal de EU seguirá atenta a los datos de la inflación que están por salir, la referencia de julio y agosto será muy importante para asegurar que la baja de junio sí marcó tendencia, en virtud de lo cual todavía no se puede cantar victoria, sobre todo en las inflaciones nominales que son sujetas a volatilidades muy altas que pueden afectar precios por temas geopolíticos, donde el principal factor es, por supuesto, el precio del petróleo y sus derivados.