Realmente estamos viviendo una paradoja en México, ya que al analizar nuestra economía encontramos que las principales variables muestran signos de estabilidad, por ejemplo, el tipo de cambio se ha mantenido estable desde que la nueva administración tomó el mando, el peso en relación con el dólar ha cotizado en rangos de 18.85 a 19.30 pesos por dólar, y los movimientos —con excepción del provocado por la cancelación del aeropuerto de Texcoco—, han obedecido más a la fortaleza o debilidad del dólar frente a todas las monedas del mundo. Sí es de comentar que si no se hubiera cancelado la obra de Texcoco el peso cotizaría en los 18 bajos y no en los 19 bajos que tenemos ahora, pero dejando esto aparte, el peso ha estado estable. La inflación se viene comportando bastante bien, tiene tendencia a la baja y es muy posible que este año termine en 3.7%, que es la meta del Banxico. El déficit en cuenta corriente también está estable en 1.7% del PIB, cifra ligeramente menor a la de 2018; seguramente alcanzaremos un superávit primario de 1% en este ejercicio. Otras cifras elocuentes son que el riesgo país se ha mantenido por debajo de 250 puntos base y las reservas internacionales se han incrementado de 174 mil a 176 mil millones de dólares, de diciembre a marzo. En resumen, muy buenas cifras.
La mala noticia es que de todo lo anterior el país no ha sabido aprovechar algo para crecer; los indicadores del crecimiento son muy malos, hacía muchos años que no se veía algo así, la economía está estancada y solo hay crecimiento en el sector exportador (porque la economía de EU está muy bien). Preocupa que el consumo que nos había ayudado en el pasado ahora muestre tendencia a la baja. En virtud de lo anterior, este año la economía crecerá apenas 1.2% debido a muchos factores, el principal, por falta de inversión. Ejemplo: la inversión bruta fija como porcentaje del PIB, se calcula este año en 20.5% cuando el año pasado fue de 22.2%; solo para ilustrar al lector, para que pudiéramos crecer a 4%, como pretende el Presidente, la inversión bruta fija debería ser cuando menos 25% del PIB; en 2018 la producción industrial fue 0.11% y este año se calcula en cero, amén de que el consumo privado caerá de 2 a 1.8%. En resumen, la economía está parada.
¿Para qué nos sirve la estabilidad si no hay crecimiento?, para muy poco, ya que si el mínimo crecimiento se prolonga traerá fuertes consecuencias, como el deterioro de los ingresos públicos y entonces ya no habrá dinero para nada. Es importante que el gobierno le dé más importancia al tema de reactivar la inversión, y para lograrlo se necesitan medidas congruentes; no veo ninguna estrategia concreta en este sentido, solo existen acciones aisladas, por cierto de muy poco impacto. El restablecer la confianza en el gobierno debería de ser el primer objetivo, y eso no se logra con discursos sino con acciones concretas que no se han visto; la impresión es que el gobierno piensa que puede solo y no necesita al sector privado, ¡nada más equivocado!
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