Está más que claro que el gobierno federal busca acabar con las farmacéuticas mexicanas. Movido por un sentimiento que no logro entender, desde Palacio Nacional se impulsan leyes para poder comprar medicinas en el extranjero, por adjudicación directa, y así “romper el monopolio”. El argumento esgrimido ayer por el coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Delgado, es francamente de risa: “Le vendían caro al gobierno mexicano, y medicinas malas o echadas a perder”.
No se necesita ser un genio para saber que cualquier empresa, de cualquier tipo, no crecería ni se mantendría por décadas si vendiera caro, malo y defectuoso. Los laboratorios mexicanos siempre han sido de calidad, porque no sólo va de por medio su negocio, sino que también se antepone su prestigio y, lo más importante, la vida de los ciudadanos.
En Jalisco existe una de las empresas farmacéuticas más grandes del país. Se trata de PISA, que fue fundada en 1945 por don Miguel Álvarez Ochoa, quien en conjunto con otros socios, muchos de ellos médicos, lograron crear un negocio muy importante en su sector. Lo que originalmente fue Productos Infantiles (de allí el nombre posterior de PISA), es ahora una empresa con diferentes ramos y productos, de calidad internacional.
Aclaro que ni trabajo para PISA, ni he trabajado o realizado servicios para ellos nunca. Lo que sí puedo decir es que conozco a personas que son hijos o nietos de los fundadores de PISA, y me consta que son personas honorables. También conozco gente que trabaja para esa empresa, y me consta su profesionalismo y seriedad.
Por eso no puedo más que pensar que lo que busca el Presidente López Obrador es asestar un golpe a las farmacéuticas nacionales. Dicen que al gobierno le vendían caro y malo. Pues un gobierno con capacidad de compra tan grande como lo es el federal, podría negociar precios justos por los productos y servicios. Pero no. Se atiza contra los locales una campaña, y se irán a comprar medicamentos y productos en otros países, para que el negocio se quede allá.
Dicen que los farmacéuticos locales se hacían ricos a costa de vender al gobierno. ¿Entonces se comprará en el extranjero a empresas sin fines de lucro? ¿O cómo? De veras que no entiendo.
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