Donar al movimiento, a cualquier movimiento, no es un delito. Al contrario, puede y debería ser motivo de orgullo. Pero entregar paquetes de dinero en efectivo a operadores políticos de un partido, una campaña, o un movimiento que busca un cargo público, no es comparable a las desinteresadas aportaciones voluntarias de ciudadanos de a pie.
Todos alguna vez en la vida hemos dado dinero, aunque fuera poco, a luchas sociales y políticas. Y eso va desde aportar cuotas como militantes de partido, hasta a depositar pesos en favor de grupos que luchan por una causa que consideran justa. Recuerdo haber dado dinero a empleados de Estrella Blanca en huelga, y a estudiantes normalistas que boteaban en el Centro de Morelia para mantener su casa y sus proyectos, por ejemplo.
Pero cuando alguien, o varios de manera organizada, trabajan en favor de un proyecto político que busca una diputación, una senaduría, o la presidencia de México, entonces la cosa ya no es tan sencilla. Allí sí no se puede donar dinero así nomás.
No. Porque en estos casos la ley electoral es muy clara: cualquier donación, ya sea en especie o en efectivo, debe estar debidamente registrada, y hay reglas muy precisas sobre montos, recibos, deducciones de impuestas y demás. No hay posibilidad de sorpresa.
Por eso ver al hermano del presidente y a un operador negociar montos de dinero en efectivo, en sobres, y prácticamente en lo oscurito, está claro que se manejaba dinero debajo del agua, como se dice coloquialmente.
Investigar el caso corresponde al Instituto Nacional Electoral (INE) y a la Fiscalía General de la República. No estoy seguro de que al final haya consecuencias para alguien o para alguna organización, pero insisto en que un político profesional no puede decirse sorprendido.
Ríos y ríos de tinta correrán en las próximas semanas sobre el caso, y de los que vienen en camino. Lo importante es no perder de vista que 2021 es un año electoral y que partidos y candidatos saldrán a campañas. Y las campañas cuestan. Por eso necesitamos dos cosas: políticos honestos y organizaciones que vigilen su correcto desempeño. ¿Será por eso que hay quienes buscan restar fuerza al INE?
Twitter: @baezamanuel