El panorama en la región lagunera es muy diferente, parece que los habitantes han empezado a entender la importancia de usar el cubre bocas, ya que el panorama que se observa en las calles es que la mayoría lo porta y solamente algunos reacios se resisten a colocárselo.
Otros, simplemente lo traen de adorno o bien, cuando alguien se les acerca optan por ponérselo.
Ha sido difícil hacer entender no solamente a los torreonenses, sino a los habitantes de todos los municipios de esta región, quienes por un momento la empezaron a sufrir al ver que los contagios empezaron a aparecer en casa de sus vecinos, de sus amigos, compadres, de sus familiares y en sus mismos hogares.
Llegó un momento en que las personas infectadas estaban por todos lados, los tanques de oxígeno empezaron no solamente a encarecerse, sino a escasearse, además, los hospitales volvieron a saturarse y el trabajo para el personal médico se empezó a duplicar.
Pero de nueva cuenta vino otro festejo, el de la Virgen de Guadalupe y pese a que no hubo peregrinaciones, no faltaron las reliquias las cuales fueron muy socorridas y muchos acudieron a las mismas olvidándose principalmente de la sana distancia.
En estos momentos el número de contagios ha empezado a descender, principalmente en las diferentes ciudades, en donde la actividad económica no ha parado, ya que la movilidad continúa y es que los laguneros saben que tienen que acudir a sus trabajos, que tienen que salir a las calles y vender productos en los cruceros o bien, seguir en los tianguis, pulgas o fayucas a vender sus productos, buscando sacar algo de dinero para comprar los regalos y las cenas de la temporada navideña.
Lo malo es que siguen aquellos que no respetan las reglas del juego, continúan realizando reuniones, así como los que organizan las posadas las cuales están prohibidas.
Por culpa de esas personas, sigue la cadena de contagios y en los próximos días todo indica que aumentarán las fiestas debido a que muchos no quieren dejar pasar el 2020 sin algo que festejar.
Ahora llegarán las reuniones de Noche Buena y Año Nuevo, por lo que se espera que siguiendo la tradición, muchos laguneros vuelvan a salir a festejar con las familias y en el trayecto puedan contagiarse.
Lo único que ha cambiado es el panorama, la de los laguneros con cubre bocas.