Ciencia y Salud

Contraste de emociones…

  • Para Reflexionar
  • Contraste de emociones…
  • Luis Rey Delgado García

En nuestra cultura mexicana por lo general no se puede disfrutar del placer si este no trae consigo una dosis de sufrimiento. 

Es un hecho conocido por muchos niños que para recibir la atención que habitualmente no les brindan sus padres, basta con presentar un mínimo de malestar físico o enfermedad; así, la indiferencia y el descuido en que se les ha tenido se transforman en mimos, cuidados y atención.

“Quien bien te quiere te hará sufrir” fenómeno, de contraste es el despertar sexual de los jóvenes, quienes responden con entusiasmo a los impulsos de ese descubrimiento de placer, pero en forma simultánea, se topa con la censura familiar y social que les hace sentir como “bajo, feo y sucio” (y hasta malo) todo aquello que tenga relación con las llamadas “bajas pasiones”; aunque realmente sea parte de su desarrollo normal.

Una tras otra, se repiten una infinidad de experiencias en las que, como un estigma, se entremezcla la indisoluble relación entre placer y sufrimiento.

Desde la infancia se desarrolla este binomio de sentimientos opuestos – especie de síndrome sadomasoquista – frente a muchas circunstancias. 

Esto podría explicar que el niño se provoque enfermedades para recibir cariño, que el joven solo pueda divertirse si tiene pleito con alguien, que el acercamiento sexual sea más intenso si se realiza en un ambiente de prohibición y reto, que la pareja solo pueda sentirse cerca física y espiritualmente cuando se pelea. 

Que las festividades se podrán celebrar siempre y cuando haya un pago moral consistente en drama y tragedia. 

Que solo se permita tener éxito si con anterioridad sufrió en carne propia las lecciones del más penoso y rotundo fracaso.

Este binomio sufrir/gozar se puede presentar de manera natural como parte de nuestro proceso de vivir, no siempre se goza, no siempre se sufre... Lo “bueno” de lo “malo”, es que pasa y lo “malo” de lo “bueno”, es que pasa... Sin embargo, existen personas que se empeñan, utilizando un sinfín de artificios y estratagemas, en poner el acento en el sufrir como condición para gozar, y más dramáticamente, identificándose con el ser sufriente, buscan gozar, pero como condición para sufrir más... He visto y oído a personas que compiten para “ganar” en sufrimiento y enfermedad frente a otros – A ver quien sufre más, quien tiene más enfermedades, quien es mayor víctima de los demás – explayándose en tales discusiones.

Y aquí está la “trampa” psicológica y social: alguien se contó el cuento (o se lo contaron), y se lo creyó, de que sólo se puede gozar si se sufre... “hay que merecer, o hacer méritos si quieres ser feliz; nada es gratis, hay que pagar impuestos en dolor y sufrimiento si quieres que tu vida sea divertida; nadie te ama gratis, porque sí, gánate el amor de los demás con sufrimiento”... Y entonces, la suerte está echada, la profecía se auto cumple y las condiciones están puestas para primero sufrir y después (y sólo después) gozar.

Al fin y al cabo, se sufre, pero se goza.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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