Pobres Rayados de Monterrey, que lo único que tienen es dinero.
El mejor plantel, seguramente los mejores sueldos y, muy probablemente también, el mayor presupuesto.
Vucetich se suicidó cuando optó por, con una línea de 5, dejar de atacar.
Le cedió la iniciativa a Tigres y se abanderó en la idea de que el cero a cero era un buen negocio, pues la tabla le bastaba para acceder a la final.
Pero… ¿y si ya sin Maxi Meza, Funes Mori y una línea de 5, Tigres anotaba un gol? … y ¡pum! Tigres anotó ese gol.
Ahí se colapsó el “plan” o la “estrategia” del “Rey Midas”. Monterrey recibió un castigo durísimo por decidir no atacar en su casa, ante su gente y ante su acérrimo rival.
Castigo merecido, desde mi particular perspectiva.
Vucetich le dijo a todos los aficionados de Rayados que su estrategia era controlar el partido, cederle el balón a Tigres y esperar un error para castigar a su rival.
Y medio le estaba funcionando, pues vino el gol con el que Rayados se puso en ventaje, pero el VAR lo anuló. Bien anulado, por cierto.
Hay que conocer bien el reglamento y, con reglamento en mano, estuvo bien anulado el gol.
Lo peor de ello es que Monterrey, tras esa circunstancia, se acobardó y tras el gol anulado decidió no atacar más.
Fue ahí cuando Siboldi vio la gran oportunidad y, gracias a que tiene un plantel muy similar en capacidades al de Rayados, pudo superar en propuesta al local.
Su premio fue el gol que tumbó a Monterrey.
Castigo para quien lo merecía y premio para quien lo merecía. Avanzó a la final el que más hizo por ganar el partido, el que demostró que quería ganarlo.
Millones y millones de dólares gastados en fichajes, millones y millones gastados en sueldos para un plantel que siempre, en los últimos torneos, se queda en la orilla.
Me pregunto si FEMSA no se cansará de invertir e invertir dinero en su equipo. Supongo que no. Supongo que los Rayados son un hobbie en el cual les importa poco perder dinero.
Porque una cosa es clara: no recuperan, como marca, todo lo que gastan en fichajes y en sueldos.
En fin, cada quien hace lo que le plazca con su dinero.
Lo vuelvo a mencionar: cada quien hace lo que la plazca con su dinero. Pero… tengo bien entendido que a los grandes empresarios no les gusta perder dinero, ni un peso siquiera.
Al contrario, les gusta ganar, siempre.
Con Rayados de Monterrey una cosa ha quedado clara: el dinero, en el futbol, no da la felicidad.
Si no, pregúntenle al PSG de Messi, Neymar y Mbappé.