Algo que ya todos debemos tener claro es que el Santos ya no volverá a ser el mismo en un buen tiempo. Es más, en mucho tiempo.
De eso ya nos hemos venido dando cuenta con el paso de los últimos años.
La afición, sobre todo, debe darse cuenta que (por modelo de negocio del club) al Santos ya no llegarán futbolistas de renombre y, mucho menos, de alto costo.
Olvídense de pensar en futbolistas de calidad comprobada, largo recorrido, renombre y experiencia en el futbol mexicano. Eso no va a suceder ya en el Santos.
El modelo es muy claro y preciso: detectar talentos en el extranjero para traerlos al club, pulirlos y reinarlos para luego venderlos caros a los equipos pudientes.
Además, y esto no se discute, se aplaude: dar cabida sí o sí a la cantera del club.
Se habla ya de una reestructuración, pero con cimientos puestos por los jóvenes, siempre y cuando sean arropados por futbolistas de experiencia.
Que eso de experiencia no debe entenderse como grandes contrataciones de futbolistas con calidad comprobada.
No, nada de eso. Se refieren a futbolistas de algo más de 25 años que puedan hacer una fusión interesante con los canteranos del equipo. Y qué bueno que los canteranos vayan a ser los abanderados del cambio que el club pretende.
La calidad de los juveniles del Santos nadie la discute ni la discutirá.
Aquí el meollo es que hubo años de gloria, años de alzar títulos cada cinco años (aproximadamente), de tener en tus filas a futbolistas referentes y de gran cartel, aunado a un nivel muy significativo que derivó en campeonatos y liguillas consecutivas.
Cuando la afición se quedó acostumbrada a eso y ahora los tratan de conformar con menos, es esa circunstancia la que hace corto circuito.
En verdad, y lo digo de corazón, me encantaría que ese cambio que pretenden generar sea un borrón y cuenta nueva, que los juveniles se logren consagrar y sean los mejores juveniles del futbol mexicano; que ellos lleven en hombros al equipo y, junto con los de experiencia, logren llevar al Santos otra vez a niveles significativos y se encuentren de nuevo en la cima de nuestra liga.
Claro que eso se les desea y todos los que queremos al Santos tenemos los mejores deseos de que esto suceda.
Pero el club debe entender que no es sencillo que asimilemos esta “nueva” realidad.
Los que vivimos la épocas de gloria del club sabemos de lo que estamos hablando y opinando.
En lo personal confío mucho en Nacho Ambriz, pues supo dar un cambio de rumbo y el Santos fue otro desde su llegada. Tiempo al tiempo.
