Aparecen (Yale, 2023) los poemas completos de Enheduana. Curiosamente, su editor y traductor al inglés Sophus Helle dice que la h en Enheduana debe pronunciarse como la ch en la palabra escocesa loch (loj) o como la x en México. Pronunciemos pues Enxeduana.
Enheduana vivió alrededor del 2300 a. C. Era una alta sacerdotisa en Ur, ciudad enclavada al sur de lo que hoy llamamos Iraq. Sólo escribió himnos, “un tipo extraño de poesía”, dice Helle, “lleno de poder y persuasión. Su objetivo no es describir el mundo sino cambiarlo mediante la invocación de los dioses para atraer su ayuda”. Helle vuelve a decir lo sabido: Enheduana es el primer caso de literatura autoral, una obra antigua de la que sí sabemos quién la hizo. Pero Helle (me) revela esto: si Enheduana fuera nada más la autora de sus Himnos, la definición bastaría; pero es además el primer caso de autoría incluida, nacida incluso, en el poema “La Exaltación de Inana”.
El mero trazo general del poema es emocionante. Empieza con una invocación hímnica a Inana, deteniéndose en sus poderes destructivos. A la mitad ocurre el hecho: “Yo soy Enheduana, la alta sacerdotisa”; luego de revelar su identidad expone el motivo de su invocación: ha sido fiel servidora de Nanna, la diosa de la Luna, pero ahora un líder rebelde de nombre Lugal-Ane ha tomado el poder, ha expulsado a Enheduana de la ciudad y ha profanado el templo que Inana comparte con An, señor de los cielos. El conflicto entre Enheduana y Lugal-Ane se describe como un juicio, con los dioses como jueces y ella y él como los demandantes. Es claro que Enheduana ya le rezó a Nanna, sin provecho, y por eso ahora se dirige a Inana.
Y de pronto di con algo, surgió un nexo impensable, cuando la poeta da a entender en cierto pasaje que no le está saliendo lo que quiere delinear. Hacia el pasado, hace unos 4 milenios, dijo Enheduana: “De mi boca-miel sólo brota espuma”. Hacia el presente, hace unos 4 milenios, dijo César Vallejo: “Quiero escribir, pero me sale espuma”.