Ciencia para la dignidad humana y la productividad, se ha colocado como el fin (la teleología) del quehacer investigativo en la UAEM.
Esta función es alimentada por 1457 profesores(as) de tiempo completo que laboran para la máxima casa de estudios.
De ese total, 932 han alcanzado el doctorado, aunque apenas la mitad de ellos(as) está en el Sistema Nacional de Investigadores SNI.
Por supuesto, ninguna institución de educación superior pública tiene al 100 por ciento de sus doctores(as) en el SNI ni caen ellos(as) en falta por no estar en dicho sistema, teniendo el máximo grado. Pero sí es un deber ético intentarlo.
Así que, sería interesante conocer cifras (no personas) que lleven a saber cuántos postularon ante el Conacyt pero que no lo lograron. Sería un indicador que ayudaría a saber cómo va esa tendencia ética; cuántos lo hicieron como PTC, como Técnicos Académicos o como profesores de asignatura y, desde luego, la cantidad de investigadores (as) que se han sostenido en este sistema de evaluación; cuántos han ascendido y cuántos, por distintas circunstancias, han salido del mismo.
Desde hace varios años, las universidades –especialmente las de sostenimiento público– tuvieron que abandonar aquella práctica o imagen estereotipada que colocaba a un investigador aislado; buceando en sus pesquisas o intereses científicos, para transitar hacia un trabajo colaborativo, en equipo, hoy denominado Cuerpos Académicos (CA).
El rector Alfredo Barrera Baca, reportó la existencia de 220 CA; de ellos, siete de cada 10 están reconocidos por su calidad ante la SEP.
Los problemas sociales, económicos, políticos, culturales y tecnológicos que se tienen en el Estado de México y en el país, si se sigue la visión del actual rector, deben formar parte ineludible del quehacer universitario.
A través de la investigación y también mediante esquemas de colaboración interinstitucional han de generarse soluciones que contribuyan a su atención o resolución.
Si no, también para mejorar las políticas públicas; en otras más, para comprender las causas que generan los problemas o carencias que afectan a la población.
Es ahí donde se halla la teleología: contribuir a que la vida sea más digna y que la productividad mejore, dado un entorno complejo, muchas veces convulso e inestable.
Seguiré...