Como suelo hacerlo en situaciones de pánico, acudí con mi vidente Popochas, para alumbrar los futuros posteriores al Trumpetazo que recibió la humanidad.
Sonriente me recibió, fumando un puro Cohibay sorbiendo una taza de café. Miró mi rostro apanicado y me espetó: “¿Qué te preocupa? ¿La venida de la Paris Hilton a Torreón o el inminente descenso del Santos?”Sentado frente al vidente, su gato #pelosdeloteNO sube a mi regazo.
Yo: Es Trump, maestro. ¿Qué nos espera?
Popochas: La humanidad está embargada de miedo para reconocerse a sí misma en el perdón y la reconciliación. Así lo demuestran el SI al BREXIT en Reino Unido y el NO al plebiscito de paz en Colombia. Trump exacerba ese miedo para generar odio y violencia contra el mundo no anglosajón, no machista y no heterosexual para ganar la elección.
Yo (pelando los ojos): ¿Y…?
Popochas: Con ánimo mesiánico y populista, Trump promete a esa gente aterrorizada, protegerla bajo el manto de un “Estados Unidos Imperial y Grande” que ya dejó de existir.
Yo (atemorizado): En la madre.
Popochas (sin detenerse): Espera una recomposición geopolítica mundial a partir de la criminalización radical de los migrantes, la persecución militar global contra el Ejército Islámico y la noreducciónal cambio climático. La 3ª Guerra Mundial penderá de un delgado hilo durante su gestión.
Yo (espantado): ¿Y, México?
Popochas: Es muy vulnerable por su dependencia económica y la fragilidad de sus reformas estructurales. Nuestra economía y seguridad nacional sufrirán. El triunfo de Trump abre un boquete para liderazgos populistas y mesiánicos como el de López Obrador.
Yo (pálido): ¿Y, Coahuila?
Popochas: Deberá blindar su industria automotriz. Al contrario de Hilaria, el PRItendrá que ponderar el voto oculto del descontento contra las élitesgobernantes, o perder como ella.
Yo (casi infartado): ¡Uf!
Popochas: No te preocupes, pupilo. Los Simpson profetizaron que con la llegada de Trump acabaría el Imperio.
Yo (sin aliento):Solo espero que no incluya al mundo (y a nosotros también).
