“Los ciclos vitales de los imperios siembran las semillas de su inevitable destrucción (la cual) es manifestada de manera progresiva a través de seis variables”:
1) La debilidad de sus gobernantes: AMLO deja el poder a su sucesora con un 73% de aprobación de su trabajo como Presidente.
El 82% de los mexicanos opina que durante este sexenio ocurrió “una transformación”. Solo el 22% reprueba su ejercicio presidencial (De Las Heras Demotecnia: Agosto 2024).
2) La ingobernabilidad.
AMLO hereda a Claudia Sheinbaum un sólido aparato de Estado afín a la 4T. Cuenta con el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional. Tiene un eficaz aparato propagandístico. Morena gobierna el 75% del país. Posee 27 de 32 legislaturas estatales.
Desapareció los organismos públicos autónomos que acotarían el ejercicio del poder de un Ejecutivo dictatorial.
Y antes de partir: Dejó una cereza en el pastel de Claudia,
La mayoría calificada en el Congreso y el Senado para modificar la constitución a placer o implementar una Asamblea Constituyente que borre la constitución de 1917 para adecuarla a la permanencia de la 4T en lustros por venir.
Hereda a Sheinbaum, lo que hasta la aprehensión del Mayo Zambada, era una tersa relación con el Cártel de Sinaloa que pondría en riesgo su propio futuro; dificultaría la administración -cómplice por omisión- con el resto de los cárteles del crimen organizado y complicaría la relación de Claudia con Estados Unidos.
Ésta sería la primera semilla de la autodestrucción del legado imperial de AMLO.
3) La dificultad para recaudar impuestos.
No habrá reforma Fiscal, de acuerdo a Sheinbaum. Pero la política recaudatoria continuará contra grandes empresarios y comerciantes y la base recaudatoria cautiva.
Sin reforma fiscal o ampliación de la base recaudatoria, el SAT cobró una cifra récord de 2018 a 2024: 23.56 billones de pesos. (Continuará).