Hace años, platicaba en Torreón con un experimentado periodista sobre las causas que han ocasionado la decadencia de políticos con gran poder.
Revisó la historia y concluyó: “no fue la fuerza del acero enarbolada por grandes ejércitos.
Tampoco la conquista desmesurada de territorios o la acumulación de riquezas.
Sino la soberbia nutrida desde el poder casi absoluto lo que ocasionó -en esos líderes- su derrumbe y -eventualmente- su muerte política y/o física”.
AMLO es un ejemplo de soberbia: no reconoce mal alguno en su mirada, su palabra o sus actos. Y mantiene sus oídos sordos a cualquier divinidad por imaginarse Mesías de la 4T.
Con una aprobación sostenida de 60% promedio entre los mexicanos, ¿podría la soberbia de AMLO estallar de tal manera, en estos próximos dos años, que desintegre la ruta de su 4T?
Durante los primeros 3 años, AMLO perdió -al interior de su equipo más cercano- al grupo político moderado integrado por Alfonso Romo, Carlos Urzúa, Marcelo Ebrard, Tatiana Clouthier, Olga Sánchez Cordero y Arturo Herrera, entre otros.
Hoy, como grupo político dominante está el más radicalizado con fuertes tendencias neopopulistas castro-bolivarianas.
El mismo está liderado por Claudia Sheinbaum acompañada por Martí Bartres, Citlalli Hernández, Jesús Ramírez, Epigmenio Ibarra, entre otros.
Mientras el grupo moderado intentó, sin éxito, atemperar la soberbia de AMLO; el segundo, no sólo la nutrió y la aceleró a su máxima potencia.
De ahí, la progresiva radicalización de AMLO, acompañada de errores sistemáticos: su defensa fallida de la Casa Gris de su hijo José Ramón López Beltrán;
su torpe manejo de la relación con Estados Unidos en el conflicto Rusia-Ucrania y su obsesión delirante con sus proyectos faraónicos, entre muchos otros.
Si la soberbia de AMLO continúa radicalizándose; sus errores aumentarán. Y, con ello, incrementarán las posibilidades de su derrumbe político que arrastrará a la 4T también.
Esta alternativa tiene hoy, más posibilidades de tumbar a AMLO, que una oposición partidista desmadejada y una resistencia ciudadana sin columna vertebral.