El colmo: nos tienen que multar.
El día de ayer apareció un decreto para multar o encarcelar a quien no use cubrebocas adecuadamente, o a quien estando positivo por el virus no se aísle y propicie el riesgo de contaminar a los demás. Esto es una medida desesperada de la Secretaría de Salud.
Me refiero a que esta decisión, que obviamente es muy cruenta, fue necesaria para hacer despertar nuestra responsabilidad de seguir los lineamientos de prevención que nos impiden contagiarnos y contaminar a otros. Lo anterior nos define como un pueblo irresponsable y eso me da mucha tristeza.
Es momento para que tengamos conciencia de que el cubrebocas, aunque moleste, es necesario; que el distanciamiento no es un juego y que el reporte de la enfermedad y el aislamiento es una obligación moral y ahora legal. Solo así podremos ser calificados como siempre había sido Nuevo León: una entidad con un alto sentido de autoestima y responsabilidad.
Descartes: Pienso, luego existo… Qué vergüenza que no hemos aprendido a cuidarnos y a cuidar a los demás, y que tenga que venir una ley totalmente radical para lograrlo. Está en nuestras manos nuestro propio destino.