Lo que predica Trump produce la muerte.
La muerte es la supresión de las funciones vitales de un ser humano y es la pérdida de la dignidad de una sociedad, cuando es injusta. Lo acaecido en El Paso y en Dayton, Ohio, en los Estados Unidos, es muestra de que lo que se predica, otros lo practican. Esto no solo lesiona a los mexicanos, que son objeto de la furibunda campaña de Trump para ganar votos; también lesiona el corazón de ese gran país, pues ahora el interés material trastoca los valores del espíritu.
La venta irrestricta de armas, que caracteriza a los EUA, no solo genera violencia interna, sino que también es culpable de la que existe en México y es parte del proceso del crimen organizado. Ese fundamentalismo genera también una actitud que destruye el diálogo, necesario para la convivencia humana y la supervivencia del Estado, cuya base es la seguridad de sus habitantes.
Ojalá que Trump entienda todo esto, recuerde los valores del espíritu de los Padres Fundadores y corrija el rumbo, pues de otra manera se va a causar problemas a él mismo y al país que dice representar.
Descartes: Pienso, luego existo… Trump algún día recibirá la respuesta y el castigo al acto de predicar la intolerancia y generar violencia.