Al fin, una buena noticia
Los Tigres de futbol soccer ganaron el campeonato. Ése es un regalo de Navidad adelantado, para un Estado que está inmerso en la incertidumbre del rumbo que tomará el gobierno de la entidad, ya que por primera vez está dirigido por un gobernador independiente en la esfera política convencional; además, nuestra entidad está también en una fase de depresión social, por la desconfianza que existe hacia todas las instituciones de la sociedad.
Este fenómeno no es sólo prerrogativa de un Estado próspero y generoso como lo es Nuevo León, sino que, según las encuestas internacionales, en México no creemos en la democracia, en los partidos políticos así como en algunos aspectos de la Iglesia, y la verdad es que ya estamos en la fase depresiva de no creer los unos en los otros. Por esa razón, el triunfo de los Tigres, aunque fue muy dramático, nos va a permitir recuperar la autoestima de la sociedad para sentirse importante.
Nuevo León es un ejemplo de reciedumbre, con un acervo educativo y emprendedor único en la nación, y todo eso debe servir para recuperar los valores perdidos de considerarnos importantes.
Por tal motivo, aplaudo a los Tigres; felicito a los directivos, entre ellos mi ex compañero de trabajo deportivo, el ingeniero Alejandro Rodríguez, y por supuesto al prudente entrenador Ricardo Ferretti, quien seguramente sufrió durante el evento, pero sobre todas las cosas, a los jugadores, que se entregaron en cuerpo y alma, al igual que los Pumas, pero como al final sólo uno debe ganar, le tocó al equipo de nuestros colores y de nuestras nostalgias: los Tigres.
Éste es el cuarto campeonato de Liga que ganan; a mí me tocaron los dos primeros, en otra época y con un deporte distinto al actual, pero con la misma mística de recuperación de la autoestima, que fueron muy útiles para la Universidad en esa circunstancia histórica, porque la misma sufría una gran fragilidad derivada de los serios conflictos interuniversitarios, que resolvió gracias a sus éxitos deportivos, tanto en futbol soccer como en el futbol americano, generándose una autoestima universitaria.
Valga entonces este regalo de Navidad para todos los habitantes de la entidad, esperando que sus líderes políticos, empresariales y sociales, encuentren la fórmula de la unidad en la diversidad.
