¿Y la inflación, la recesión, el desempleo y el crecimiento?
Yo creo que fue una buena panacea transitoria el aumento del salario mínimo y además da esperanza a muchos de los trabajadores que tendrán, en teoría, más recursos para hacer su vida más agradable y capacidad para mantener a su familia. Y aunque yo no soy economista, he leído a muchos de ellos que señalan que:
La inflación y la recesión mundial, más la falta de estímulo a la inversión, que está generando este gobierno adicto al Ejército y reacio a los empresarios, y menos a los extranjeros, debe ser preocupante, porque esos factores se pueden comer rápidamente este incremento al salario mínimo del 20% y producir solo una aparente idea sobre la mejoría del país.
Así, conforme lo señalan las instancias internacionales, México crecerá el 0.5%, aunque aquí nuestros representantes señalan que crecerá mucho más, variando las cifras cada tercer día y generando con eso toda una incertidumbre, sobre todo para los trabajadores que ganan el salario mínimo, que son una parte muy importante de la población y que por supuesto merecen ser atendidos y generarles no solo esperanza, sino realismo de mejoría en su vida personal y familiar.
Todos estos temas que, reitero, no soy experto en ellos, pero leo a los que sí lo son, están produciendo todo un proceso político que, aunado a la falta de tolerancia a las ideas contrarias, va a producir un México, en los años subsecuentes, que bajará su PIB por persona y a diferencia de lo que sucedió en Corea del Sur, que gracias a la educación y a la investigación lograron tener un rápido crecimiento en los últimos 40 años y estar a la altura de las grandes potencias, nuestro país sigue con la misma incertidumbre y menor ingreso per cápita que lo que tenía hace 10 años.
Esa es una realidad numérica que no tiene ningún chiste entenderla, si uno sabe que lo que importa son los números y los resultados, y no las tesis populistas o abstractas o unipersonales.
Descartes: Pienso, luego existo… Qué bueno que aumentó el salario mínimo. Ojalá tenga un efecto real y no imaginario en nuestros trabajadores.
Luis Eugenio Todd
