Política

El mundo está cambiando

Ojalá los cambios sean para bien.

Ayer en forma virtual, por Zoom, asistí a la VIII Edición de la Cátedra Interamericana Carlos Fuentes organizada, en esta ocasión, por la Universidad Veracruzana, y en ella participaron varios intelectuales que yo conozco y respeto, y una de las tesis básicas fue que hace 50 años en su obra Tiempo mexicano, Carlos Fuentes describió más o menos toda la evolución histórica de México, en términos de nuestros éxitos y fracasos, señalando una tesis que muestra que nuestra tendencia es transformar lo casi imposible y luego, con el éxito, tenemos un sentido patético de la existencia y rectificamos el rumbo, como ha sido en todas las independencias y revoluciones, y perdimos lo que habíamos ganado.

Esta tendencia, que describió Carlos Fuentes, es algo inherente a nuestra identidad y probablemente a nuestros cromosomas y a la mezcla de razas que somos, porque presumimos de ser indigenistas, pero la verdad es que tenemos a los indios abandonados y ya la identidad de México ha cambiado, como está cambiando en muchas partes del mundo.

Es muy obvio que este fenómeno de transformación histórica está sucediendo por el conflicto entre la modernidad y el pasado solemne, y entre la libre economía y la economía social. Es decir, en el mundo estamos viendo ahora políticos que nunca nos imaginamos, desde Porfirio Díaz, volver a verlos.

Y también estamos viendo una relación internacional, que según los expertos, y yo lo reafirmo, está fuera de tiempo, porque nuestras desviaciones políticas están generando una sociedad de plástico y de redes sociales, en donde no importa ya la sublime expresión del amor a México, sino lo que está importando, dentro del pragmatismo y el monetarismo ilustrado, es precisamente la antítesis de los valores elementales que nos enseñaron en la escuela y nuestros padres, hace muchos años.

Esa inversión en la sociedad, entre bondad y maldad, servicio o poder, y más aún, dinero, porque la economía está mostrándonos que durante muchos años funcionó para reducir el número de pobres, pero aumentó el número de individuos que poseen la mayor cantidad del dinero y eso ha hecho que muchas personas, con esa excusa, como aquí en México, en Brasil, en Argentina y en muchas partes del mundo, hagan de la política algo comercial, a lo que no estábamos acostumbrados.

O sea, no coincide el fenómeno del poder con los objetivos de una vida plena, de una educación con una cartilla moral que la impulse, con una escala de valores adecuada y todo eso aquí en México, en particular. Eso lo dijeron muchos de los participantes en la cátedra, pues estamos viviendo en la época del declive y la regresión histórica, porque gobernamos como en el siglo XIX o XX. Ojalá esos intelectuales puedan influir en el pensamiento y el actuar de AMLO

Descartes: Pienso, luego existo… El mundo cambia, pero siempre nos va mal porque no estamos con todos y a tiempo, en el momento histórico y además, porque en lugar de que haya espacio para la contradicción dialéctica, hay tendencia al monoteísmo y decisiones de un solo hombre.

NOTA: Ayer fue nominado el doctor Santos Guzmán como rector de la UANL. Este personaje nació en Doctor Arroyo y es una muestra de la cultura del esfuerzo y además seguirá la tendencia del rector Rogelio Garza, que hizo un excelente papel, igual que lo hizo Jesús Áncer, de lo cual los universitarios debemos estar orgullosos y porque no hubo intervención gubernamental.


Luis Eugenio Todd

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