Compasión, tolerancia y perdón.
Recientemente se celebró el Día del Amor y la Amistad, que ha sido desvirtuado en su origen para convertirlo en un asunto netamente comercial que beneficia a esta nueva sociedad del apego y del consumo, en donde los fenicios del comercio están desbordando los orígenes helénicos y de todas las religiones y la sublimación del espíritu, que representa el amor verdadero.
Hace algunos años le pregunté al Dalai Lama cuál es el secreto para ser feliz y me contestó: es el amor expresado en la tolerancia y en la compasión, para compartir con otros nuestras emociones, y en el perdón, que es un filtro generoso que nos permite vivir el presente sin los resentimientos del pasado.
Esa sabiduría del amor se expresa como fundamento de todas las religiones, pues tanto Cristo como Buda, Mahoma y la filosofía de Confucio se fundamentan en "amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos", lo que produce el desprendimiento del yo hacia el nosotros social.
Desafortunadamente, en la actualidad el mundo gira su vista hacia el dios del mercado y el hedonismo transitorio del placer espurio que genera muchas de nuestras debilidades, que son transitorias y superficiales; una de ellas es el apego a lo material, filosofía que impera en la juventud de nuestra época, que se olvida de la familia y de las relaciones interpersonales, y también invade la política, olvidándose todos los valores del espíritu y de la verdadera felicidad, que solo se consigue con el desprendimiento y la entrega que el amor real representa.
Por lo anterior, debemos recuperar del comercio lo que nos robó: el arte de dar.