Ahora con miopía del poder.
Yo trabajé con Manuel tres años y conocí su firmeza y tenacidad política, y su gran capacidad de trabajo.
Su formación académica y su fórmula de cabildear en favor de los intereses de la nación me impresionaron. De ahí mi admiración cuando fui subsecretario de educación pública.
Ahora me invade una gran tristeza, no tanto porque no pueda justificar millones de pesos acumulados durante su trabajo, sino porque ha perdido el respeto a lo que tanto defendió: su nación, a la que ahora pone en alto riesgo con su comportamiento sumiso, al permitir que AMLO convierta la Comisión Federal de Electricidad en un monopolio y que ataque a quienes invirtieron en energía solar, biológica o eólica, que todos sabemos va a desplazar al petróleo, que contramina y que algún día se va a terminar, según los futurólogos.
Esta nueva actitud de Bartlett me da pena, pues para conservarse en el poder sacrifica sus principios y no le da un buen consejo al que gobierna para el siglo XX, generando incertidumbre entre los inversionistas y alza de tarifas.
DESCARTES: Pienso, luego existo… Es triste que por estar sentado en la silla del poder se sacrifiquen los principios.