En nuestra aventura semanal en busca de nuevas aplicaciones y avances tecnológicos, encontramos un artículo escrito por Christopher McFadden, en el sitio web Interesting Engineering.
Este artículo nos describe un proyecto de una aeronave supersónica, que sus diseñadores bautizaron como Stargazer.
La empresa Venus Aerospace, con base en Houston, Texas y fundada en 2020 por Sarah Duggleby y Andrew Duggleby, -CEO y CTO respectivamente- comentaron, en una entrevista reciente a Business Insider, el desarrollo de su proyecto de una aeronave supersónica capaz de volar arriba de los 170 mil pies a una velocidad de Mach 9 (9 veces la velocidad del sonido), lo que permitiría a sus 12 pasajeros transportarse de San Francisco a Tokio en tan solo una hora.
El proyecto del Venus Stargazer, parte de una aeronave sumamente aerodinámica, propulsada por motores de jet convencionales (para despegues y aterrizajes en aeropuertos existentes).
Los motores de jet permitirían a este avión despegar de manera convencional, y una vez alejados de zonas urbanas, encenderían un motor de cohete que está ya siendo probado físicamente por la empresa.
Este innovador motor de cohete se creó con base en una tecnología llamada “Detonación Rotativa”, que genera una gran eficiencia y, al mismo tiempo, una importante disminución en el consumo de combustible.
La empresa está muy motivada por la reciente autorización en el Senado de los Estados Unidos, en el sentido de que la FAA permita el desarrollo a las diferentes empresas aeronáuticas, de aeronaves supersónicas, que lleven al mundo de la aviación a otros niveles.
Debemos recordar que los reguladores de la industria prohibieron los vuelos supersónicos de aviación comercial, que llevaron a la cancelación de las operaciones de aeronaves como el Concorde.
Esta nueva iteración en el mundo de la aviación está proyectando a esta industria a niveles inimaginables hasta hace unos años.
Entre los inversionistas para este proyecto se encuentran varias compañías globales, que son jugadores clave en el mundo de la aviación.
Si bien los motores de propulsión ya están siendo probados, los ensayos de un prototipo funcional de la aeronave no se espera antes del 2030, que pareciera muy lejos pero, en realidad, para un avance tecnológico de estas dimensiones, siete años es corto plazo.
Una vez más estamos frente a un evento que pudiera considerarse de ciencia ficción, pero que hoy ya es tecnología en marcha.