La ONU a través de su programa de Desarrollo (UNDP), publica anualmente el World Inequality Report (Reporte de Desigualdad Mundial.)
Leyendo este reporte para 2022, encontramos que México se encuentra entre los países con mayor desigualdad del mundo, y esto en todas las categorías que se miden, por supuesto la económica, pero también educación, igualdad de género, huella de carbono per cápita, criminalidad, niveles de justicia e impunidad.
Para poner esto en contexto simple, 10% de la población en México gana 31 veces más que el restante 90%.
En un editorial publicado por el Periodico El País, nos dan el dato de que, si ese 10% de mexicanos más ricos, los concentráramos en una isla, esa isla sería la de mayor desigualdad a nivel mundial.
Este reporte también nos muestra las tendencias de largo plazo, aquí México no consiguió reducir la brecha de desigualdad durante todo el siglo XX, y aún peor, ya en el siglo XXI continúa haciendose mayor esta brecha.
Los ingresos del 10% más ricos han crecido de 55% a 60%, mientras que los ingresos del 90% restante se han incrementado de 8% a 10% solamente.
Hemos insistido en que la tecnología puede ser la herramienta que nos lleve a cerrar esta brecha de desigualdad, de manera expedita y muy veloz, sin embargo, derivado de la baja calidad de la educación y falta de facilidades de acceso a la tecnología y conectividad, el rezago se incrementa más día con día.
El número de viviendas del 90% de los mexicanos con menores ingresos, con acceso a Internet, es comparable a varios países de África, el 10% restante, se compara y aun es mejor que muchos países europeos.
Cada día nos damos cuenta de los enormes avances tecnológicos y, cómo gracias a ellos, muchos países están acelerando su ritmo de crecimiento y mejorando las condiciones de vida para sus habitantes y su entorno.
Tenemos que preocuparnos en utilizar esos avances para reducir la desigualdad en todo nuestro país, de no hacerlo y continuar con la ruta que llevamos, la divergencia social será mucho mayor, y las consecuencias de ello se antojan terribles.
Con solo modificar nuestro enfoque, y tener la convicción de que dentro de los problemas mismos, existen múltiples oportunidades, tenemos una gran posibilidad de cambiar el rumbo 180º.
Solo tenemos que decidir hacerlo.
Luis Apperti