Así como hemos ponderado todos los beneficios que el uso de nuevas tecnologías nos otorgan mejor calidad de vida a las personas, es importante señalar lo que sucede cuando se hace un mal uso de estas tecnologías.
Fuimos testigos la semana pasada del fiasco que representó el anuncio con bombo y platillo, y el supuesto inicio, que se hizo del registro para vacunación del covid-19 para los adultos mayores, a través del sitio https//mivacuna.salud.gob.mx.
Se debe de castigar como un acto criminal, el que se presenten este tipo de acciones, sin responsabilidad alguna y sobre todo con la complacencia de las autoridades, que incluso en voz del Dr. López Gatell declaró: “Nos da mucho gusto constatar la importancia que da el pueblo de México a vacunarse contra el #covid-19 para protegerse y proteger a los demás. Tengan paciencia a la plataforma de registro de personas adultas mayores; ya se trabaja para ampliar su capacidad”.
Esta afirmación deja al descubierto que se abrió al público una página de registros masivos, sin tener idea alguna de la capacidad requerida, o porque se tendría que ampliar su capacidad el mismo día que se lanzó y que simplemente era imposible hacer un registro.
Con tan solo consultar el último censo del Inegi, se puede tener un cálculo con bastante precisión de cuantas personas podrían consultar la página y decidir registrarse.
Ahora, si no saben cuántas personas hay en este país mayores de 60 años susceptibles de recibir la vacuna, como hicieron para calcular cuántas vacunas se requieren para ese grupo en particular.
El formato presentado en dicha página, (a la que intentamos ingresar durante 5 días consecutivos en diferentes momentos y con diferentes navegadores) es sumamente rudimentario, mediocre y falto de una plataforma de soporte profesional.
La mediocridad, falta de profesionalismo y de responsabilidad ante algo tan importante como es esto, nos debería poner a reflexionar; así es como el gobierno federal está gestionando el manejo de la pandemia y la posible aplicación de vacunas que representan la diferencia entre la vida y la muerte para muchos mexicanos.
Si la respuesta la buscamos en los indicadores mundiales respecto del índice del porcentaje de población vacunada por países, al cierre de enero de 2021, no es casualidad que México aparezca en último lugar.
La realidad que se presenta es contundentemente abrumadora. _