Esta semana encontramos en Singularity Hub una nota muy interesante en el tema de energías limpias: Inglaterra anuncia el cierre de su última planta eléctrica alimentada por carbón.
La central Ratcliffe-on-Soar, en Nottinghamshire, ha cerrado sus puertas este lunes después de abastecer electricidad al Reino Unido durante 57 años.
Esto es algo que llama poderosamente la atención, si tomamos en cuenta, que este país precisamente empezó a utilizar combustible fósil para generar electricidad durante el siglo 19.
Esta planta que hoy se clausura, empezó a operar en 1968 con cuatro calentadores y una chimenea de 199 metros, y se consideraba una de las más eficientes.
Con esta acción, el Reino Unido se convierte en la primera de las economías del G7 que elimina por completo el carbón de su generación eléctrica.
El grupo de los siete se comprometió en abril a eliminar gradualmente la generación de energía a base de carbón antes de 2035.
Poco a poco, las grandes economías están migrando hacia la generación limpia y, para ello, utilizan una amplia variedad de tecnologías probadas.
La dependencia del carbón y del petróleo sigue con mucha fuerza en países en vías de desarrollo. Y ello obliga a la pregunta incómoda: ¿Cuándo México va a tomar decisiones más firmes y serias al respecto?
Y la respuesta preocupa, porque pareciera que nosotros tenemos una visión diferente de lo que está pasando en el resto del mundo entre los países, que no se nos debe olvidar, tenemos un tratado de libre comercio, y somos sujetos de abusos.
El futuro ya está aquí y hemos perdido una considerable cantidad de tiempo, perdidos en la demagogia y el discurso político que no nos va a llevar a ningún cambio que podamos sustentar para el largo plazo.
En los próximos meses seguramente tendremos noticias sobre qué rumbo vamos a tomar. Ya no hay mañana, ni plazos perentorios, el futuro ya nos alcanzó.
Se antojaría creer que podemos vivir aislados respecto de muchas micro, pequeñas y medianas empresas que están esperando crecer, gracias al desarrollo de la industria y la infraestructura productiva.
Las cifras económicas nos dicen que vamos hacia atrás.
