La semana pasada mencionábamos respecto a los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) establecidos en la ONU a finales del 2015, el objetivo número 6, corresponde a la gestión y abastecimiento de agua para toda la población mundial, y es sin duda, uno de los que mayor prioridad debe tener, ya que sin agua, no se puede entender la existencia misma de la vida en el planeta.
El reporte de la ONU al cierre de 2018 nos muestra que aún existe mucho camino po recorrer, y que las metas al 2030 se ven lejos de ser alcanzadas a plenitud.
Datos concretos nos indican los rezagos: Un 29 por ciento de la población mundial no cuenta con suministro confiable de agua potable de manera constante y segura.
Y el 61 por ciento carece de servicios de saneamiento tambien de forma segura.
Al cierre de 2015, 892 millones de personas aún practicaban la defecación al aire libre.
Según datos provenientes de 79 países con ingreso alto y medio alto, reflejan que solo el 59 por ciento de las aguas residuales son sujetas a un tratamiento seguro para su reutilización.
Al ser este un dato de países de mayor ingreso, las cifras en países de desarrollo sugieren un atraso muy considerable.
Esto aunado a datos duros respecto a la escasez de agua, el incremento del nivel de agua salada producto del calentamiento global, y que está salinizando las reservas de agua dulce, sugieren que la disponibilidad de agua dulce será menor, y adicionalmente el incremento de la población al 2050 haran que la demanda sea superior a lo esperado.
En 22 países, principalmente de África y Asia, el estrés por escasez de agua es superior al 70 por ciento, lo que nos indica que hay una gran posibilidad de escasez extrema de agua en el corto plazo.
Por ello las metas de los Objetivos de Desarrollo Sustentable tendrán que ser dinámicas y ajustarse a las nuevas condiciones.
En términos macro, el agua en nuestro planeta es el 97.5 por ciento salada, y solo el 2.5 por ciento es agua dulce.
Esto nos llevaría a pensar que con solo desalinizar el 1% del agua de mar, podríamos contar con abundancia del líquido vital.
Sin embargo, esta visión simplista debe contemplar todas las consideraciones, de costo, impacto y repercusiones relativas, para poder valorar su viabilidad. Los retos son aún enormes y el tiempo avanza inexorablemente. _