Valen las letras hablar sobre la maternidad, no como un rol social sino como una experiencia humana compleja. Comprendida por aspectos históricos, emocionales, políticos, económicos, sociales y culturales, la maternidad es un ejercicio que ha sido fundamental para la construcción de nuestras sociedades. La capacidad de crear y sostener la vida debe mirarse con el potencial revolucionario que guarda por sí mismo, pero también con la cuestionable carga de desigualdad que viven las mujeres que maternan.
Una de las dimensiones poco problematizadas es la del deseo. Se ha insistido, desde el movimiento feminista, en la importancia de la maternidad deseada, pero el deseo humano no es tan libre ni tan voluntario cuando se ve permeado de sistemas de opresión para las mujeres. El amor romántico, la norma heterosexual o la presión familiar pueden ser factores que influyen en el deseo de ser madres.
Cabe mencionar a las maternidades no deseadas, las que llegaron sin ser elegidas ni voluntarias, pero que existen y se sostienen en la contradicción. Aquellas que también deben ser nombradas y reconocidas, porque nada invalida el esfuerzo y trabajo que realizan. Incluso debemos mirar aquellas mujeres que, pese al deseo y por obstáculos diversos, no consumen su deseo de maternidad. El deseo no hace la maternidad, ni la libera de las violencias estructurales, ni le brinda justicia, ni le otorga condiciones materiales dignas.
Otro elemento invisibilizado es el de los cuidados que no son reconocidos como un trabajo y, por tanto, se dejan de lado en una sociedad que prioriza la producción. Esto se conecta con la romantización de la maternidad que se convierte también en un obstáculo para la dignificación de las condiciones en que las mujeres maternan.
Reivindicar la maternidad es también visibilizar su pluralidad: solas, disidentes sexogenéricas, trans, jóvenes, adultas, neurodivergentes, racializadas, con discapacidad, periféricas, migrantes. Maternidades que se construyen en condiciones adversas, sin políticas de cuidado, sin redes de apoyo, y aun así sostienen con su vida la de otros seres.